Las grandes cifras del mercado laboral empañan muchas veces los otros datos, los de detalle, fundamentales para hacer una lectura adecuada y comprobar que los balances negativos a lo mejor no son tan malos, ni los buenos dan para tirar bombas de palenque. Lo ocurrido con el empleo en julio en Galiciaempleoen Galicia tiene mucho de eso. La comunidad lideró la caída del paro en toda España. El número de personas inscritas en las oficinas de la administración a la espera de una oportunidad se redujo en 6.653, hasta las 163.412, el nivel más bajo desde septiembre de 2008. Y los afiliados a la Seguridad Social, trabajadores en alta por lo tanto, aumentaron en algo más de 15.000, con 1.021.545 cotizantes en total, en este caso el volumen más alto desde agosto de 2010. Pero la inmensa mayoría de los puestos generados durante el pasado mes en la región fueron temporales. ¿Cuántos? El 95,9% de los contratos iniciales. Fijos fueron solo el 4,1%. Es cierto que julio es un mes propicio a la eventualidad por los refuerzos de la campaña veraniega, aunque el peso de los indefinidos en todo lo que va de año no es mucho mejor: 5,4%. Hace tiempo que los puestos que duran menos de una semana ganan terreno y acaban de batir un récord, consolidándose como la principal fórmula de contratación.

Eso explica cómo es posible que el desempleo caiga en esas 6.653 personas a pesar de que en el mes se firmaron 117.266 contratos. Visto desde el punto de vista de la ocupación, por cada trabajador nuevo dado de alta hay casi ocho contratos. Las cosas no cambian nada si el análisis se extiende a los siete primeros meses del ejercicio, con 619.997 contratos iniciales y 21.601 parados menos, según los datos recopilados por el Instituto Galego de Estatística (IGE).

Sin contar las prórrogas o las conversiones de temporales en indefinidos -en ambos casos los números están actualizados solo hasta junio, con un acumulado desde enero de 50.843 y 20.654 contratos en Galicia, respectivamente-, en la comunidad se formalizaron 619.997 contratos (2.924 al día). De ellos, cerca de 218.000, el 35%, fueron de menos de siete días. El 9,5% (58.982) iba de una semana a un mes; el 17,6% (109.430) oscilaba entre uno y seis meses; el 2,3% (14.171) iba hasta un año; y solo el 0,3% (2.170) contemplaba ir más allá de un año. Los temporales de duración indeterminada alcanzaron los 184.031, el 29,7%.

A pesar de que los que se alargan como mucho siete días se mueven en cantidades muy altas, esta modalidad de contrato no echa el freno. Aumentan un 11,2% -el doble que la contratación total, que crece un 6,8%- en comparación con los mismos meses de 2017. La parte buena es que se incrementan más los de seis meses a un año (23,9%) y los de más de un año (13,8%), lo que pasa es que su peso es muchísimo menor en el cómputo global de la contratación.

La evolución de los contratos de menor duración es vertiginosa. En los siete primeros meses de 2012 sumaron 99.402. Desde entonces la subida es del 119%.

El sector de la restauración encabeza los contratos en Galicia. Lo habitual. Entre enero y julio alcanzó los 110.447, prácticamente dos de cada diez, aunque con una variación respecto al año pasado de apenas el 1,8%. Para comercio minorista fueron 47.615, un 2,5% más; y 37.600 para almacenamiento y otros servicios de apoyo al transporte, donde el alza anual sí es notable, de casi el 19%.

La contratación en la industria de la alimentación se elevó un 1%, hasta alcanzar los 32.400; y se dispara más de un 40% en las actividades de creación, artísticas y espectáculos (31.441). Del resto de sectores con mayor cantidad de contratos en Galicia destacan este año los ascensos registrados en la industria del motor, con un 25,6% más (15.422 en total); las actividades deportivas, recreativas y el entretenimiento, un 18,6% más (16.838); y la administración pública, donde el alza fue del 14,2% (13.236).