El 88,41% del capital de Iberdrola optó por recibir nuevas acciones de la empresa, uno de los porcentajes más altos desde que se puso en marcha el programa de dividendo flexible de la energética, dentro de la primera edición del sistema opcional Iberdrola Retribución Flexible.

El porcentaje está en línea con el de enero, cuando la compañía abonó el dividendo de 2017. Se mantiene la preferencia de los accionistas a recibir acciones, a pesar de que, por primera vez desde la puesta en marcha en 2010 del sistema de scrip dividend se eliminaba la opción de vender los derechos de asignación a la compañía a un precio fijo garantizado, que se sustituye por el cobro directo del dividendo en efectivo.

En julio los accionistas pudieron elegir entre cobrar el dividendo complementario de 0,186 euros brutos por acción, vender sus derechos de asignación u obtener nuevas acciones.