Que alguien abandone su lugar de residencia habitual para lograr un trabajo no es nada malo. En principio. La movilidad forma parte del mercado laboral. Desde los trayectos pequeños dentro de la misma localidad al éxodo exterior, aunque es cierto que España no fue hasta hace relativamente poco un territorio muy dado a los traslados voluntarios. En Galicia, por ejemplo, casi nueve de cada diez ocupados lleva viviendo en el mismo sitio más de cinco años.

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