El grupo de ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofin), reunido ayer en un consejo informal en Viena, manifestó su disposición a pactar antes de final de año un impuesto para las grandes compañías que operan a través de internet, tal y como reclama el Gobierno de España.

El objetivo es aproximar la carga impositiva de las plataformas digitales (actualmente el 9,5% de los beneficios) a las de las compañías tradicionales (que tributan un 23,2%). La medida no goza por el momento del acuerdo de todos los países, ya que algunos como Alemania la ven con recelo debido a las dificultades sobre cuestiones operativas dada su condición global: cómo evitar que las empresas reduzcan la base imponible, cómo asegurarse de que tributen en los países en los que generan valor o cuál será el coste de la recaudación.

España apoya por completo la iniciativa. El pasado martes, la ministra de Economía, Nadia Calviño, y su homólogo francés, Bruno Le Maire, se reunieron en París y coincidieron en apoyar la adopción por parte del Ecofin, antes de que acabe 2018, de la propuesta de la Comisión Europea para el impuesto sobre los servicios digitales. Ambos abogan también por realizar "progresos rápidos" sobre la armonización de la base imponible del Impuesto de Sociedades en Europa.