La economía gallega se resintió en el segundo trimestre del año. Crece, pero a menor ritmo, aunque todavía por encima de la media española y europea. En su último informe de coyuntura, presentado ayer, el Foro Económico de Galicia sostiene que el PIB desaceleró su ritmo de crecimiento entre abril y junio, aunque considera que todavía "no es preocupante". Tras 30 meses consecutivos con tasas interanuales iguales o superiores al 3%, entre abril y junio la economía gallega avanzó un 2,8%, tres décimas menos que lo calculado para el primer trimestre de 2018. "Hay una pérdida de fuelle, de ritmo, pero no es para preocuparse", advirtió el coordinador del análisis, Fernando González Laxe. Ese 2,8% está una décima por encima de la media española (2,7%) y seis por arriba de la europea, por lo que se mantiene el proceso de convergencia.

La razón de esta "desaceleración, que no parón", estriba fundamentalmente en el mayor peso que adquieren las importaciones, por lo que se compran productos que no se fabrican en Galicia, "lo que retrae el crecimiento", apuntó el director del Foro Económico, Santiago Lago. "Han desaparecido algunos vientos de cola en la economía internacional que estaban impulsando a la gallega", indicó Laxe. En todo caso, ambos insistieron en que por el momento no es motivo de preocupación a la espera de cómo evolucionen los próximos trimestres. A esta lectura contribuye la marcha del empleo, con una ocupación que sigue al alza, así como una disminución del número de hogares con todos sus miembros en paro o sin percibir ingresos. Por eso el Foro prevé que el año acabe con un crecimiento del PIB del 2,9%.

Sin embargo, persiste un elemento que sí merece atención, como sucedió en trimestres anteriores, que es la reducción en 10.600 personas de la población activa de entre 25 y 34 años. A estas alturas resulta imposible determinar, según el Foro Económico, si esta tendencia obedece a la dinámica demográfica de Galicia o la fuga de talento.

En cuanto a la evolución del PIB entre abril y junio, el tractor fue el consumo interno -inversión, gasto de las administraciones y, en menor medida, de los hogares-, que aportó tres puntos, lo que supone el valor más alto desde el tercer trimestre de 2007. Por sectores, el empuje corresponde a automoción y textil. Y fue la demanda externa, la relación entre las exportaciones y las importaciones, la que contribuyó de forma negativa, detrayendo dos décimas al crecimiento. "Da la impresión de que estamos ante un punto de inflexión", indicó Laxe.

Junto al informe de coyuntura, el Foro Económico presentó un análisis sobre el puzle tributario de las comunidades. "Es una jungla impositiva", declaró la autora, María Cadaval, en alusión a la "guerra" entre autonomías por tener los impuestos más bajo para atraer contribuyentes a sus territorios. "El sistema tributario autonómico carece de racionalidad y urge recomponer un puzle cuyas piezas parecen no encajar", concluyó. Las diferencias son sustanciales por lo que el Foro considera una "obligación" reformar el sistema tributario autonómico.