La multinacional Ferroglobe -a través de su filial Ferrosolar- y BioSolar han firmado un acuerdo para el desarrollo de silicio nicrométrico en el uso de la tecnología, para "mejorar la eficiencia, durabilidad y seguridad" de las baterías de litio. Según informaron, permitirá abaratar hasta un 20% su coste y aumentar un 30% su capacidad. Las primeras pruebas para este proyecto en el que la compañía metalúrgica invierte seis millones de euros se llevan a cabo en la planta de A Coruña, en el polígono de Sabón (Arteixo), donde la empresa valora "incrementar" la plantilla.

Ferroglobe (empresa fruto de la fusión de la española Ferroatlántica y la estadounidense Globe) informó ayer de que los ensayos iniciales se realizaron "con gran éxito" en el centro coruñés, lo que, una vez se traslade al uso industrial, también supondrá una reducción de los desechos y contribuirá a cumplir con los objetivos climáticos firmados en el Acuerdo de París. El objetivo es, además, que el nuevo silicio pueda servir como sustituto del grafito. El material será adecuado para las industrias de alto crecimiento como los vehículos eléctricos y la electrónica de consumo. El proyecto se enmarca en un contexto en el que la demanda de litio se ha disparado, como consecuencia del auge de ciertas industrias, como la de los automóviles verdes, hasta el punto de que los fabricantes no logran dar cobertura a una economía en constante crecimiento.

Más empleo en 2019

Sin cuantificar el número de trabajadores, Ferroglobe indicó que el aumento de personal en Arteixo se podrá dar "especialmente cuando el producto de baterías sea homologado a partir de finales de 2019". La empresa augura además que la iniciativa "atraerá" a empresas fabricantes de baterías de litio, por "las posibles sinergias entre la fabricación de materiales activos para el nodo -de silicio y grafito- y la fabricación de pilas o células".

Según las previsiones que maneja la firma, en 2025 el mercado global de baterías crecerá hasta los 500 gigavatios hora (GWh) y su valor se incremente hasta los 70 billones de dólares. El nuevo silicio se utilizará principalmente en el ánodo (electrodo positivo) de las baterías, aunque también se destinará a otros mercados, como los de materiales termoeléctricos y cerámicas avanzadas.

La compañía señala que el silicio micrométrico es considerado "el camino para conseguir los 100 dólares por kilovatio hora marcados por la UE como coste máximo de las baterías de litio", lo que permitirá su "rápida expansión".