El Gobierno francés busca contrarrestar en sus cuentas para 2019 la ralentización de su economía, que crece a un ritmo de 1,7%, con un aumento del poder adquisitivo, sobre todo a través de una bajada de impuestos en los hogares tasado en unos 6.000 millones de euros. A pesar de una disminución general en los ingresos estatales, el proyecto de ley presupuestaria de 2019 presentado ayer prevé cumplir con el techo del déficit establecido por la UE, del 3% del PIB.

Asimismo, el Gobierno galo prevé un recorte de impuestos de 18.800 millones de euros para las empresas. El gesto fiscal para los particulares, que se basa principalmente en una nueva reducción de un impuesto a la vivienda, fue presentado como "la mayor bajada de impuestos para los hogares desde 2008". Sin embargo, las cifras fueron puestas en duda por varios miembros de la oposición.