El partido del Gobierno de España no cuenta con el carbón en sus planes de transición energética a medio y largo plazo. El PSOE dejó claro ayer en el Congreso de los Diputados que no va a atender las reclamaciones de las comunidades que reclaman un tránsito pausado hacia las renovables que no dañe a la industria vinculada al carbón y que solo está dispuesto a negociar planes de reactivación por el cierre de las térmicas que recurren a este mineral. En el caso de Galicia son dos las afectadas, y las dos coruñesas, la de As Pontes y la de Meirama, en Cerceda. Los planes del Gobierno, todavía sin definir claramente, apuntan al inicio de los cierres de forma inminente en el caso de las menos eficientes (entre las que estaría Meirama) para 2020 y años siguientes y las menos contaminantes sobre 2030, aunque algunas podrían seguir operativas más allá de esa fecha.

El diputado de Foro Asturias Isidro Martínez Oblanca defendió ayer en el Congreso una proposición no de ley en la que instaba al Gobierno a preservar la soberanía energética de España, a diseñar un plan a medio y largo plazo para la transición energética que fijara una participación equilibrada del carbón como en Alemania, a presupuestar fondos para la reducción de emisiones de las centrales térmicas y a promover cambios legislativos que introduzcan nuevos criterios para regular el cierre de estas centrales.

Los cuatro puntos se votaron por separado y fueron aprobados los tres primeros, con la abstención del PSOE en el segundo y el tercero.

Pero el PP fue el único partido que asumió sin cambiar una coma la propuesta de la formación asturiana. "Defendemos una transición energética justa y equilibrada, desde el Gobierno y desde la oposición", señaló el diputado del PP Ramón García Cañal, que destacó que el informe de los expertos encargado por el anterior Gobierno dejó claro que renunciar al carbón elevará más de un 14% el precio de la luz.

Tanto PSOE como Ciudadanos presentaron enmiendas a la proposición que fueron rechazadas por Oblanca porque, señaló, eliminaban toda mención a las centrales térmicas de carbón. El diputado del PSOE Ignacio Urquizu señaló, por su parte, que la proposición sólo tenía como objetivo "enredar políticamente" y señaló que si alguien entiende a las zonas afectadas "ese es el PSOE". En línea con ello aseveró que su partido defiende "una transición justa" y que el Gobierno iniciará el diálogo con los agentes sociales para buscar alternativas.

La portavoz de Ciudadanos, Melisa Rodríguez, señaló que la política energética "debe hacerse a nivel de interés de país y no de comunidad autónoma". Mientras, el portavoz de Unidos Podemos, Txema Guijarro, afirmó que "el ciclo histórico del carbón llegó a su término" y que hay que centrar los esfuerzos en las alternativas.

Pero el debate sobre la descarbonización de la economía sigue fuera del Congreso de los Diputados. El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, señaló ayer que no ve motivos para adelantar en España el proceso de descarbonización, que implicaría el cierre de térmicas, "cuando países como Alemania lo prolongan hasta el año 2050". Álvarez apostó por mantener el carbón como reserva estratégica de España y sobre los recursos que se destinen para la reindustrialización rechazó "hacer lo que se hizo en el pasado y que no funcionó".

Mientras, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, en una entrevista a El País, señaló que el carbón "no tiene viabilidad" y "el final será en 2020, 2022 o 2025". "Primero porque España no tiene carbón. Si tuviera unas grandes reservas pues habría que pensarlo por el aspecto social. Pero estar quemando carbón de Colombia, de Rusia o Sudáfrica me parece... No es el caso de Alemania o Polonia, que tienen carbón", sentenció. Galán también lamentó la falta de proyectos de futuro en las comarcas afectadas: "Con el dinero que hemos enterrado en las minas del norte, ya cerradas, si lo hubiéramos utilizado adecuadamente, aquello podría ser el Silicon Valley español".

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