El incremento del precio del petróleo -el barril de Brent alcanzó esta semana los 82 euros, máximos desde noviembre de 2014- pone contra las cuerdas a los transportistas gallegos. El carburante supone entre el 40% y el 45% de los costes de explotación del transporte pesado, por lo que la subida de más del 15% que el diésel acumula en los últimos doce meses (de 1,10 a 1,30 euros el litro) se traduce en un aumento de sus gastos próximo al 10%. Con un nivel de facturación "estancado", que según el sector nunca ha llegado a recuperarse de la crisis, y sin posibilidad de subir sus tarifas a corto plazo, a buena parte de los transportistas no le dan las cuentas. "Nos vemos obligados a trabajar sin márgenes y en algunos casos por debajo de costes", denuncia el coordinador general de la Federación Galega de Transportes (Fegatrans), Alberto Vila.

La otra asociación principal del sector en la comunidad, la Federación Empresarial de Transporte de Mercancías por Carretera de Galicia (Fetram), coincide con el diagnóstico de la situación: "La subida del petróleo nos repercute de forma muy importante a los transportistas gallegos y no podemos incrementar los precios en los servicios prestados", lamenta su presidente, Antonio Señarís. Según sus cálculos, un autónomo medio que se dedique al transporte pesado y facture alrededor de 10.000 euros mensuales, ingresa unos 300 euros menos que antes de la crisis y paga unos 300 euros más de gastos, por la subida de los combustibles. La "pérdida de negocio" por esta pinza "puede llegar a 800 o 1.000 euros mensuales", asegura Señarís, que lamenta que "la facturación nunca ha llegado a recuperarse desde la crisis".

La moderación de precios de los carburantes en los años pasados había dado un respiro al sector. "El transporte estaba cogiendo algo de oxígeno después de una crisis durísima, pero ahora lo estamos perdiendo por la escalada del diésel", lamenta Alberto Vila. El representante de Fegatrans sostiene que la situación es de "preocupación y malestar" en este colectivo profesional y teme que la "posición de debilidad" que tienen los transportistas autónomos frente a las empresas para las que prestan sus servicios les impida repercutir gastos y, por tanto, les aboque a situaciones económicas insostenibles. "Hay un riesgo de dumping", advierte Vila, que señala que cada transportista debe ahora pactar una revisión de los precios para el año 2019 con sus clientes y augura que será "una negociación complicada" en un sector liberalizado donde el autónomo y su cliente "no están en una posición de igualdad".

"La situación se puede volver muy tensa si no hay actualización de tarifas", advierte el representante de Fegatrans. Según los datos que maneja la asociación, los servicios prestados por debajo de costes son ya una realidad para los transportistas gallegos. El riesgo está, a su juicio, en que la situación se prolongue en el tiempo. "Ahora te puede pasar que hagas un viaje de A Coruña a Barcelona y que a la ida cubras costes y en la vuelta en cambio, si te pagan a 0,70 euros por kilómetro, no los cubras", ejemplifica Vila, quien considera que un empresario "puede estar un mes o dos trabajando a pérdidas si compensa con otro mes de beneficios" pero teme que la situación se vuelva insostenible. "Nos preocupa esta escalada del gasóleo y no parece que vaya a parar, porque en verano ya nos advertían desde las petroleras de que el precio podía llegara a 1,40 euros el litro este año".

En lo que queda de año el sector del transporte se juega buena parte de la facturación anual, especialmente con la campaña de Navidad, lo que mantiene al colectivo muy atento a la evolución de los precios del carburante. "Si repercutiéramos ahora el incremento de los gastos tendríamos que subir sobre un 12% el precio del viaje y no podemos", reflexiona Señarís. "Teniendo aquí una refinería no tiene sentido que en Galicia paguemos el combustible más caro de Europa", añade el presidente de Fetram y también de la asociación coruñesa Ascentra.

Entretanto, los transportistas gallegos intentan paliar los efectos de la escalada del carburante carburantebuscando la eficiencia en su actividad para minimizar los gastos. "Hay que tener un vehículo lo más adaptado posible al servicio de transporte que se presta, buscar la mejor relación precio-consumo y mejorar la gestión de la actividad", concluye Alberto Vila.