Los avances tecnológicos y los cambios en las legislaciones -y sobre todo el poco tiempo entre el lanzamiento de cada nueva tecnología o norma- abocan al sector del automóvil a un futuro donde la eficiencia y la movilidad sostenible jugarán un papel clave. Vehículos eléctricos, híbridos, propulsados por pila de combustible de hidrógeno o aquellos que utilizan autogas o gas vehicular son algunas de las alternativas que se plantean en esa transición en la que la eficiencia y la reducción de emisiones cobran protagonismo, en especial en las ciudades y en las áreas urbanas donde se concentra la mayor parte de la población. Estas nuevas alternativas además del debate sobre los vehículos diésel o a gasolina, la adaptación a los nuevos hábitos del consumidor o la necesidad de una mayor información sobre las características de los vehículos fueron algunos de los temas analizados esta semana por expertos del sector del automóvil en un debate en la sede de LA OPINIÓN en el marco del foro Comprometidos con la movilidad organizado por FCA/ Fleet&Business Fiat, división comercial de la firma que ofrece soluciones de movilidad a cada tipo de empresa a través de sus marcas y con servicios como renting, leasing, easy lease, financiación o easy plan además de mantenimiento y postventa.

De izquierda a derecha, Fernando López de las Heras, jefe de desarrollo de mercado de Autogas de Repsol; Juan García, jefe de compras de Sutega; Andrés Pilas, director de negocio de Ambical Proyectos; Víctor Eiranova, director comercial de Fiateira Motor; Samuel Rico, gerente de transportes de Transportes Julio Rico; Manuel Sánchez Quindimil, presidente de la Federación Gallega del Taxi; Juan Carlos Rábade, especialista de Empresas Business Center de FCA; y Jacobo Ramos, gerente de Fiateira Motor.

En el debate participaron Manuel Sánchez Quindimil, presidente de la Federación Gallega del Taxi; Fernando López de las Heras, jefe de desarrollo de mercado Galicia-Asturias de Repsol y del mercado de Autogas; Samuel Rico, gerente de la empresa Transportes Julio Rico; Juan García, jefe de compras de Sutega; y Andrés Pilas, director de negocio de Ambical Proyectos.

Una de las primeras formas de transporte analizadas en el debate fue el vehículo eléctrico. Pese a que se trata de un coche respetuoso con el medio ambiente porque no necesita combustible para funcionar al convertir electricidad en energía, Samuel Rico considera que "no va a ser el futuro en el sector del transporte" por sus limitaciones. En este sentido, apunta que la dificultad para encontrar puntos de recarga y el elevado precio debido a lo que cuestan las baterías son algunas de las desventajas de este modelo. Además, sobre el impacto ambiental, Andrés Pilas, puntualiza que "tampoco está comprobado que este tipo de vehículos sean más sostenibles" porque aunque el coche no produce emisiones contaminantes sí se genera al obtener la energía eléctrica que necesita para funcionar. Los expertos coinciden en que se trata de una energía eficiente pero que no está aún lo suficientemente desarrollada ni tiene la autonomía necesaria para llevarse a la práctica.

Por eso, Fernando López de las Heras propone "un mix de combustibles" -diésel, gasolina, electricidad, gas...- porque en función del uso hay un método más adecuado que otro. Plantea además que, en la actualidad, el autogas o Gas Licuado de Petróleo (GLP) es una de las formas más eficaces para reducir el coste del combustible hasta en un 50%, al mismo tiempo que se bajan las emisiones contaminantes en la misma proporción. Aunque en otros países europeos es casi tan frecuente como el diésel, en España es más desconocido porque la legislación prohibía el uso de este combustible para particulares por temas fiscales hasta 2005. De ahí, que sea utilizado sobre todo por colectivos como el taxi o los transportistas.

Manuel Sánchez Quindimil destaca como ventaja de esta alternativa que "permite transformar los coches actuales" porque su funcionamiento se basa en añadir un sistema de alimentación en paralelo con un depósito de gas conservando la instalación de gasolina y en cualquier momento se puede cambiar de uno a otro combustible.

Por su parte, Juan García considera que si los vehículos eléctricos pueden ser una opción acertada para moverse por las ciudades todavía no están desarrollados ni los coches ni la red de carga. Y en el caso del autogas opina que el hecho de que en la actualidad sea más económico gracias a las ayudas de la Administración a la compra y la transformación de vehículos a GLP no significa que esa tendencia se alargue en el tiempo. "Será algo puntual hasta que este mercado gane más terreno y crezca el número de coches con esta tecnología", añade.

En la línea de reducir las emisiones contaminantes emitidas por los automóviles, la Unión Europea ha endurecido las normativas anticontanimación en los últimos años, entre ellas la Euro6 que se aprobó en 2014 y que desde septiembre de este año todos los coches deben cumplir. La que mandaba hasta ahora era la norma Euro 6B y desde el mes pasado la Motor Euro 6D , que aportará todavía mayores exigencias en el control de las partículas contaminantes.

El sector, tanto fabricantes como concesionarios, no niega el problema de la contaminación pero aclara que no es el diésel el problema sino la antigüedad del parque automovilístico, sobre todo en comunidades como Galicia con siete de cada diez vehículos de más de una década y un 20% que superan los 20 años. Por ello, opinan que su renovación rebajaría más las emisiones a la atmósfera pero -apuntan- es "más fácil lanzar un mensaje de demonización del diésel por parte de la Administración" que promover el cambio de vehículo. Rico incide en que si crear automóviles más eficientes y sostenibles va a encarecer el precio, los compradores optarán por no cambiar de coche agravando precisamente el envejecimiento del parque. Sobre este tema, Sánchez Quindimil aclara que no tienen nada que ver los coches diésel que salieron al mercado desde la Euro6 a los que había hace una década ya que han evolucionado mucho en tecnología, eficiencia y consumo.

Manuel Sánchez Quindimil, Juan García, Samuel Rico, Andrés Pilas y Fernando López de las Heras durante el debate

Al conflicto por el diésel se le suma la entrada en vigor el pasado 1 de septiembre de la nueva normativa de homologación de emisiones WLTP (Procedimiento Mundial Armonizado para Ensayos de Vehículos Ligeros, por sus siglas en inglés) que podría acarrear un aumento en el pago del impuesto de matriculación. Los representantes del sector que intervinieron en el debate llaman la atención sobre este "globo sonda" y los titulares "alarmistas" sobre el gravamen al diésel que generan "confusión" antes de que se conozca siquiera cómo va a afectar.

El Ministerio de Industria ha aprobado un régimen transitorio hasta el 31 de diciembre de 2020 para la aplicación del nuevo ciclo de homologación de consumos y emisiones que sustituye a las mediciones NEDC ampliando así el plazo que estaba previsto hasta finales de año para que las marcas diesen salida al stock de vehículos anterior a la norma. Pese a medidas como esta, Sánchez Quindimil opina que la "urgencia" por avanzar hacia un modelo "ecológico" no ofrece ni a los fabricantes ni a los consumidores "un margen razonable" para adaptarse a los cambios en la legislación. En el caso de su colectivo, indica que tampoco hay tiempo suficiente para renovar la flota. Juan García añade la "incertidumbre" que se genera en la sociedad con el cambio constante en las normas que regulan el sector y, en concreto, en lo que tiene que ver con el aspecto medioambiental, ya que "lo que hoy es obligatorio mañana ya puede volver a cambiar". "Necesitamos que la Administración nos guíe con planes a largo plazo", insiste.

De la normativa actual, los participantes advierten de que "no está claro" como afectará ni al sector ni a los usuarios debido a la desinformación. Aunque con la nueva WLTP la transparencia será mayor con la posibilidad de obtener información real sobre consumo, emisiones y tecnologías del vehículo, los expertos avisan de que son aspectos que los ciudadanos no suelen tener en cuenta y conocer. López de las Heras cree que se debe a que la compra de un coche se ve como "una aspiración" en la que es más difícil ser "racional" y pensar en la sostenibilidad y en lo que va a contaminar. Rico apunta que los compradores solo se suelen fijar en el precio por combustible sin tener en cuenta en la mayoría de los casos qué uso le van a dar al vehículo, cuestión que considera determinante en la elección.

El representante de Repsol pone como ejemplo que mientras la mayoría de los ciudadanos están familiarizados con las pegatinas de los electrodomésticos que certifican su eficiencia y saben que las de categoría A son las mejores no ocurre lo mismo con las que envía la Dirección General de Tráfico para clasificar por colores y letras los coches en función de su nivel de contaminación. Aunque llevarla es voluntaria en algunas ciudades ya es obligatorio para circular por el centro. Pero confía en que de forma progresiva la sensibilización vaya calando. Sobre las pegatinas, Rico mostró hasta ocho distintas que deben llevar los transportistas y pide, por tanto, mayor homogeneización con una única para toda Europa. Para Andrés Pilas hay que preguntarse por qué los particulares no conocen qué pegatina lleva su coche y cuánto contamina y cree que esa no es solo labor de los concesionarios sino que son las instituciones las que tienen que hacer llegar esa información. Para los participantes es vital esa labor de comunicación para que los ciudadanos conozcan qué tipo de vehículos y combustibles existen, cuáles se adaptan mejor a sus necesidades y cuáles son las más eficientes. Y en cuanto a la movilidad, analizar el mecanismo más factible en cada caso porque no es viable lo mismo en una zona que en otra.