Las gasolineras están estrenando estos días un nuevo etiquetado para los combustibles, armonizado con el resto de surtidores europeos, y que acompañarán a las etiquetas informativas tradicionales. Es decir, la negra para el gasóleo y la verde para la gasolina. A ellas se unirán unas pegatinas, que se colocarán en un lugar bien visible, para evitar errores cuando se viaja al extranjero. La del diésel tendrá forma cuadrada con una letra B en el interior (que significa biodiésel), acompañada de un número que indica el porcentaje máximo de biodiésel que contiene. En el caso de la gasolina será un círculo con la letra E de etanol. Justo debajo también habrá un número que indica el porcentaje de etanol del combustible.

Muchas gasolineras gallegas han hecho ya el cambio que será obligatorio a partir de mañana. El objetivo de esta medida es que los conductores que viajen por Europa puedan conocer con qué combustible deben llenar su depósito y no incurran en errores que puedan resultar muy perjudiciales para los motores de su vehículo.

Este nuevo etiquetado se implantará en los 28 países miembros de la Unión Europea, además de los que están adheridos al Espacio Económico Europeo (Islandia, Liechtenstein y Noruega), y también en Macedonia, Serbia, Suiza y Turquía. Estas etiquetas no estarán solo en los surtidores, los nuevos coches que se matriculen a partir de mañana deberán también de llevar este indicativo.

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Este no será el único cambio que perciban los conductores estos días en las gasolineras. El más relevante es que el precio de los combustibles está alcanzando cotas inéditas desde hace cuatro años. El litro de gasóleo se vendía ayer en los surtidores de la provincia de A Coruña a 1,34 euros por litro, cinco céntimos más caro que el mes pasado y un precio que no se alcanzaba desde septiembre de 2014, cuando marcaba 1,36 por litro. En una situación similar se encuentra el coste de la gasolina. La de 95 octanos se pagaba ayer a 1,40 euros por litro en los surtidores coruñeses, según la información recogida por el denominado geoportal de hidrocarburos, del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Hay que remontarse a septiembre de 2014 para encontrar una marca superior (1,43 euros).

Con estos precios, llenar el depósito es ahora casi diez euros más caro que hace un año en el caso del diésel y de ocho euros en el de la gasolina, para un vehículo, en ambos casos, con un depósito con capacidad para 50 litros.

Contaminar un 35% menos

Por otra parte, los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea pactaron el pasado martes por la noche, tras casi catorce horas de negociación, establecer un objetivo de reducción de emisiones contaminantes para coches del 35% en 2030, con una meta intermedia del 15% en 2025, en comparación con los niveles que se registren en 2021.

Con respecto a las furgonetas, el acuerdo final mantiene el recorte del 15% en 2025, pero rebaja al 30% la ambición de cara al final de la próxima década. También acordaron realizar una revisión de estos porcentajes en 2023.

"Hemos conseguido llegar a un acuerdo en el último momento", anunció la ministra austriaca de Medio Ambiente, Elisabeth Köstinger, que este semestre ostenta la Presidencia de la UE, después de que los ministros constatasen en la sala de reuniones que la última propuesta contaba con los apoyos suficientes.

Los gobiernos europeos consiguieron definir sus líneas rojas de cara a las negociaciones que comenzaron ayer mismo con el Parlamento Europeo, la otra institución comunitaria con poderes legislativos y que aboga con elevar la ambición al 40%. Se impuso de esta forma una tesis intermedia a la postura que defendían, por un lado, Alemania y los países del Este -partidarios de limitar el recorte al 30%- y, por otro, el grupo de países que, como Francia, Italia o los nórdicos, reclamaban una mayor ambición y apostaban por una meta de al menos el 40%.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, destacó que el acuerdo logrado entre los Veintiocho es "una oportunidad para la innovación y la competitividad de la industria del automóvil en España" y que permitirá al sector español "poner en marcha una hoja de ruta coherente con los objetivos comunitarios" para anticiparse y realizar la "necesaria transición hacia una movilidad limpia".