El expresidente de CatalunyaCaixa declaró ayer como acusado en el juicio por los sueldos supuestamente desproporcionados en plena crisis y defendió que la retribución fijada para los directores en 2010 era "prudente" y según la mediana del sector, inferior a la media, y que se hizo a sabiendas del Banco de España. Narcís Serra dijo además que en aquel momento la entidad no estaba en crisis.