La firma automovilística alemana Audi aceptó el pago de una multa de 800 millones tras un pacto con fiscalía de Múnich para cerrar el caso del software que alteraba las emisiones en algunos vehículos diésel, el conocido como dieselgate. El importe que tendrá que abonar la firma de los cuatro aros prevé el abono de una multa máxima de 5 millones de euros, según lo dispuesto en la legislación del país, y la devolución de beneficios económicos 795 millones de euros, según informaron tanto el grupo Volkswagen -al que pertenece Audi- como la propia compañía.

La empresa acepta así la sanción impuesta por "desviación de los requisitos reglamentarios" en algunos de sus motores diésel V6 y V8, con lo que se cerrarán los procedimientos legales en marcha en relación con el dieselgate.

Mientras, Volvo Group anunció ayer que ha detectado que el dispositivo de control de emisiones de los vehículos que ha empleado en determinados mercados se degrada "más rápido de lo esperado", lo que podría hacer que los motores excedan los límites de emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx).