Óscar Varela, trabajador de la fábrica de Alcoa en A Coruña desde hace más de dieciocho años, ha explicado hoy que no tiene más remedio que manifestarse ante el anuncio del cierre de la empresa porque "si nos quitan esto, no tenemos nada".

"Tengo una mujer y dos hijos en casa, por eso estoy aquí", ha explicado a los medios de comunicación a las puertas de la factoría con la que cuenta la multinacional en el polígono de A Grela en donde la plantilla de trabajadores de Alcoa ha iniciado sus primeras movilizaciones y actualmente están concentrados impidiendo la salida de camiones.

"Nos quedaremos aquí el tiempo que haga falta" aunque parece que la solución no será cosa "de hoy, ni de mañana", ha manifestado.

Ha narrado que tras dieciocho años trabajando en la compañía el anuncio del cierre ha sido "inesperado totalmente", de forma que además los empleados lo ven como una "canallada" tanto a nivel empresarial, como político, porque tampoco los responsables públicos han puesto de su parte para buscar una solución que no derivase en el cierre, lamenta.

"No es lógico que nos tengan durante años en una situación de incertidumbre" en la que lo que se está es jugando con "nuestros puestos de trabajo" tanto en A Coruña como en Avilés, dos fábricas en las que "trabajamos muchos para mantener a nuestras familias".

Por ello, no entienden que tratándose de dos instalaciones, que emplean a 686 trabajadores, "de repente, en una reunión a puerta cerrada" se decida enviar "a todos a la calle".

"No nos parece lógico", insiste Varela, visiblemente afectado tras conocer la decisión de la dirección de la empresa.

Entiende que la empresa puede tener argumentos para tomar decisiones como recortes, puesto que los trabajadores ven evidente que el actual marco energético "para la industria no es el más favorable", pero no entienden que hayan optado por la solución más dramática.

"Hay muchas vías para llegar a un acuerdo antes de llegar a estos extremos", y no se explican que nadie haya hecho nada para frenarlo.

No comprenden que el Gobierno central (PSOE) y la Xunta de Galicia (PP) permitan un desenlace tal, y no se hayan preocupado por dotar a la industria de un "marco estable" porque "eso sí que lo pueden hacer".

Un cambio en el modelo "está en mano de los gobiernos; votamos a representantes para que nos den soluciones, para que lleguen a donde nosotros no podemos, pero está visto que aquí nadie quiere solucionar nada", ha lamentado.

Con todo, Varela espera que la opción de Alcoa ahora no sea buscar nicho de negocio en países con mano de obra más barata, porque en las centrales del norte de España se producen "productos de gran calidad" y apreciados por los clientes "que quieren nuestra materia antes que cualquier otra", concluye.