La multinacional aluminera Alcoa desvincula la decisión de cerrar dos de sus tres plantas en España, las de A Coruña y Avilés (Asturias)cerrar A Coruña y Avilés, del alto precio de la electricidad. La reclamación de una marco energético estable y de mayores ayudas económicas por parte del Estado, que acompañó el anterior anuncio de cierre -finalmente evitado con más primas eléctricas- en 2014 no entra esta vez en el discurso del grupo estadounidense, que se apoya básicamente en "problemas estructurales inherentes". Alcoa, que ganó 160 millones de euros en los primeros nueve meses del año, no abre la puerta por el momento a otro escenario que el de negociar el despido con los casi 700 trabajadores afectados, 369 en A Coruña y 317 en Asturias. La destrucción de empleo se agrava con un centenar de trabajadores de empresas auxiliares en cada centro. El Gobierno recuerda que la firma ha sido la principal beneficiaria de las primas eléctricas y amenaza con cambiar las reglas del juego en detrimento de los intereses de Alcoa de cara a las próximas subastas.

Alcoa no citó ayer ante los analistas el precio de la electricidad como causa del cierre de las plantas españolas, según avanzó Cinco Días. Mientras que la empresa sí aludió a este motivo ante los trabajadores -de forma secundaria-, lo dejó de lado durante la conferencia a los analistas para explicar sus cuentas trimestrales. En este escenario la empresa alegó que las plantas de A Coruña y Avilés "tienen problemas estructurales inherentes", principalmente una tecnología "más antigua y menos eficiente" que hace que estas instalaciones sean "incompetitivas globalmente", frente a San Cibrao (Lugo), donde la empresa sí ha invertido en la modernización del centro.

Según las explicaciones dadas por el grupo -el tercer mayor productor de aluminio del mundo- a los analistas de Wall Street, la decisión de cerrar se debe a un factor tecnológico y de competitividad, y no a una cuestión de costes. Respecto al marco energético -la electricidad supone el 40% de los costes de producción de las fábricas de aluminio-, la compañía electrointensiva sí aludió que las ventas de energía en Brasil, "han compensado completamente los costes más elevados de energía" en muchas de sus plantas y remarcó que "especialmente en España". En el mismo contexto, los responsables de la aluminera afirmaron que es "muy pronto" para evaluar el impacto que pueda tener el cierre. "Apenas estamos empezando este proceso de consulta" y "es un proceso muy formal con los representantes de los trabajadores", dijeron, por lo que posponen las valoraciones para "una futura conversación" una vez culminado el proceso.

Fuentes oficiales de la empresa en España aseguraron que la decisión del cierre ha sido tomada en función de años de malos resultados económicos de las dos plantas y que actualmente la única posibilidad prevista es la negociación de un plan social con los casi 700 trabajadores que serán despedidos.

Alcoa ganó 184 millones de dólares (160 millones de euros) en los primeros nueve meses del año, un 55% menos que en el mismo periodo de 2017. Concretamente en el tercer trimestre perdió 41 millones de dólares (35,6 millones de euros), frente al beneficio de 113 millones de dólares (98 millones de euros) obtenido en igual periodo de 2017. Si se excluyen los costes extraordinarios relacionados con las pensiones y los beneficios de los antiguos empleados, que ascienden a 174 millones de dólares (151 millones de euros), el beneficio neto se elevó a 119 millones de dólares (103 millones de euros), lo que supone un incremento del 5 %, explicó la empresa.

La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, indicó ayer que la multinacional se llevaba sistemáticamente el 30% de las ayudas en la subasta de interrumpibilidad (las primas eléctricas para la industria) y sugirió un posible cambio en las reglas de la próxima puja en detrimento de los intereses de Alcoa, que seguirá necesitando las primas para moderar su factura eléctrica en San Cibrao. "Lo mismo nos hace retrasar esa convocatoria para evitar una distorsión y que puedan beneficiarse las demás si ellos quieren cerrar", apuntó Ribera en relación a la próxima puja.

Ribera admitió su sorpresa por el anuncio del cierre, que "nadie sabía hasta el día anterior", dijo, y lamentó que los responsables de la empresa "no se pusieron al teléfono". Un comentario que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aprovechó para apuntar con el dedo al Ejecutivo de Pedro Sánchez. "Si el Gobierno no tenía ni idea de cierre de Alcoa me preocupo el doble", afirmó el popular, quien consideró que siempre hubo tensiones con Alcoa, pero que se había solventado "hasta ahora y con anteriores Gobiernos".