Como ya mostraron los balances mensuales del paro y la Seguridad Social, el verano le sentó muy bien al mercado laboral gallego. La tasa de desempleo cayó entre julio y septiembre al 12,2%, la más baja desde el arranque de 2009, cuando la crisis todavía estaba empezando. Hay 22.000 personas menos esperando un trabajo en la comunidad y 24.000 menos también en comparación con el mismo periodo de 2017, según la actualización de la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE). Pero no todo ese notable descenso se explica por la contratación. El número de ocupados creció en estos últimos tres meses en 20.700, un 1,9%, y el aumento interanual fue de 22.000. Se están creando menos puestos de lo que baja el paro. ¿Cómo es posible? Por la pérdida de habitantes y el envejecimiento. La realidad laboral de Galicia ya no puede analizarse sin el fortísimo impacto del invierno demográfico.

A pesar de que Alberto Núñez Feijóo se refirió a la EPA publicada ayer como "la mejor" desde su llegada a la Presidencia de la Xunta, lo cierto es que el nivel de paro está prácticamente igual que durante su primer medio año en el timón de San Caetano, aunque con la gran diferencia de que en aquel momento había casi 74.000 trabajadores más.

La mano de obra disponible en la comunidad mengua a pasos agigantados. El Ejecutivo gallego quiso destacar especialmente tras conocer los datos que la autonomía era una de las que más recortaba el desempleo en el último año, "a mayor ritmo que el Estado". Y es verdad. Hay 153.000 parados, un 15,8% menos que en el tercer trimestre del pasado ejercicio. La caída en el conjunto del país fue del 10,9% -hasta las 3.326.000 personas- y solo hay cuatro comunidades con un mayor descenso que Galicia. Pero, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de territorios, en un escenario de aumento de población, casi dos de cada diez bajas en el cómputo de los desempleados aquí es por la pérdida de activos (residentes de más de 16 años que trabajan o están en disposición de hacerlo): 4.800 menos.

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La ocupación avanzó un 11,6% entre los gallegos de 16 a 24 años; un 2,7% entre los de 35 a 44; un 2,4% en el colectivo de 45 a 54 años; y un 1,3% entre los que superan los 55 años. Cae, sin embargo, en los jóvenes de 25 a 34 años, que acumulan una caída anual cercana al 5%.

La mejora del empleo está directamente vinculada a los refuerzos estivales de plantilla en las actividades del sector turístico. Los servicios concentran la mayoría de los nuevos puestos entre julio y septiembre, unos 18.200, mientras que la ocupación en la construcción pisa el freno tras varios trimestres al alza -esta vez baja un 1,9%- y en la industria registra una caída del 1,4% y del 4,8% (8.500 trabajadores menos) respecto al verano de 2017.

De los 20.700 empleos netos creados en el tercer trimestre, 1.400 estuvieron en el comercio; 1.200 en transporte y almacenamiento; 5.900 en hostelería; 10.200 en actividades de información, financieras, inmobiliarias y profesionales; y 5.300 en actividades sanitarias y servicios sociales.

Si quedaba alguna duda de la inestabilidad que supone el fin de curso para muchos profesionales de la educación, el sector arroja una estrepitosa caída del 10% en la ocupación respecto al anterior trimestre. Son 7.000 empleos menos. El paro en la educación entre julio y septiembre se disparó en Galicia un 93%, según las cifras detalladas divulgadas también ayer por el Instituto Galego de Estatística (IGE).

¿Cómo está la tasa en el resto de principales sectores? Sanidad y servicios sociales tienen la más baja, un 2,88%, seguida de la energía y los servicios relacionados con el agua y los residuos (2,9%). Entre las más altas sobresale la hostelería (10,9%). Hay 15.100 personas que buscan su primer empleo y 67.800, el 44% de todos los desempleados, que llevan más de un año sin trabajar.

El análisis por sexos evidencia las mayores dificultades que tienen las mujeres para engancharse a la recuperación. La ocupación crece el triple entre los hombres, 15.500, que entre ellas (5.200), con una tasa de paro del 13,4%, frente al 11,1% de ellos.

Los mejores datos, y a ellos se aferró el presidente de la Xunta en su valoración, proceden de la caída del número de hogares con todos sus miembros en paro -pasan de 60.600 a 53.000- y la mejora de la calidad en el empleo creado. Las jornadas completas aumentan en 29.800 respecto al segundo trimestre y disminuyen las parciales en 9.200. Hay 11.100 asalariados indefinidos más y crecen los temporales en 3.100.

El sindicato UGT en Galicia puso el acento en los 11.100 asalariados con contrato temporal de menos de un mes y la tasa del 56,6% de los trabajadores con jornada parcial involuntaria. Por eso pide "un plan de choque por el empleo digno" en las próximas cuentas de la Xunta. Una demanda compartida con CCOO, que critica que el crecimiento económico "no se traslada al empleo". "No se puede seguir perdiendo empleo industrial", reclama su secretaria de Emprego, Maica Bouza. El secretario xeral de la CIG, Paulo Carril, lamenta que la emigración de los jóvenes sea "la única alternativa laboral" en Galicia y acusa a Xunta y Gobierno central de "inacción".