La entidad financiera CaixaBank ganó 1.768 millones de euros en los nueve primeros meses de 2018, un 18,8% más que en el mismo periodo del pasado ejercicio como consecuencia del buen comportamiento de los ingresos bancarios, la mayor aportación de BPI, la reducción de las dotaciones y la contención de costes. El mercado acogió de forma positiva los resultados y la entidad se revalorizó un 1,3% durante la sesión bursátil de ayer.

La cuenta de resultados del tercer trimestre incluye un resultado negativo de 453 millones de euros derivado del acuerdo de venta de la participación del 9,36% que CaixaBank tenía en Repsol. Con todo, el resultado del grupo avanzó en positivo, impulsado en parte por la buena marcha del negocio bancario: el margen de intereses medró un 3,4%, situándose en 3.671 millones; las comisiones netas crecieron otro 3,8%, hasta 1.938 millones, y los ingresos de seguros aumentaron más de un 18%, hasta 419 millones.

El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, avanzó durante la presentación de resultados que el nuevo plan estratégico 2019-2021, que se presentará en noviembre, profundizará en la concentración de sucursales en las grandes ciudades con el objetivo de apostar por las oficinas store, un modelo más tecnológico que busca ofrecer un servicio cercano de asesoramiento y orientación a los clientes.

Impuesto de las hipotecas

En cuanto a la polémica por la imposición de los costes de la firma de hipotecas, Gortázar defendió que los bancos han estado "cumpliendo una norma" en vigor durante 23 años, por lo que "no tiene sentido penalizar" a estas entidades. "Lo que hemos hecho es cumplir una norma, no debemos sufrir un impacto económico", zanjó. La entidad financiera también descartó realizar provisiones por el posible impacto negativo de una decisión del Tribunal Supremo contraria a sus intereses.