El impacto del cierre de las fábricas de aluminio de Alcoa de A Coruña y Avilés (Asturias), anunciado por la multinacional estadounidense el pasado día 17, no se limita a la pérdida de 700 puestos de trabajo directos (400 de ellos en la planta coruñesa) y unos 2.000 indirectos e inducidos. A esta sangría laboral se suman otros perjuicios económicos para la ciudad, como la merma que provocaría en las arcas municipales. Solo en Impuesto de Actividades Económicas (IAE), la aluminera paga más de un millón de euros al año al Concello, el 10% de toda la recaudación por este tributo en la ciudad. Entre distintos impuestos municipales y tasas portuarias, el impacto tributario de la marcha de Alcoa ronda los 1,7 millones de euros anuales en A Coruña.

El grupo con sede en Pittsburgh (Estados Unidos) paga al año cerca de 1,2 millones de euros en tributos municipales por la actividad de la factoría que gestiona en el polígono de A Grela desde hace 20 años -en 1998 la instalación de la empresa pública Inespal pasó a manos de la multinacional-. Su principal desembolso corresponde a actividades económicas, un impuesto por el que la aluminera abonó 1.077.809,85 euros en el último ejercicio, según los datos del Concello de A Coruña. La cifra es relevante en relación con los 10.762.069,97 euros que recaudó por IAE el Gobierno local en 2017. Si se elimina la fábrica de aluminio, la recaudación cae un 10%.

Aunque con menor impacto que el IAE, Alcoa también abona al Ayuntamiento coruñés 98.483 euros en concepto de Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) -el 0,16% de los 59,8 millones recaudados en A Coruña entre propiedades rústicas y urbanas-, 11.793 euros por tasa de basuras y 1.631 euros por vados. En total, las arcas municipales recibieron el pasado ejercicio una inyección de 1.189.717 euros procedente de Alcoa entre esos cuatro impuestos municipales.

La empresa también tiene que pagar tasas por el uso de los muelles, para la descarga de la alúmina -materia prima utilizada para la elaboración del aluminio- y , en menor medida, coque -como fuente de energía-. La Autoridad Portuaria de A Coruña no ofreció datos a este diario sobre la aportación de la multinacional estadounidense a sus ingresos, pero la importancia de la fábrica que Alcoa tiene en A Coruña es similar a la de Avilés pues ambas son plantas de aluminio primario, gemelas, con niveles de producción muy parecidos. Actualmente la compañía paga a la Autoridad Portuaria de Avilés unos 530.000 euros anuales por la concesión y la facturación por tráficos.

La aluminera dispone de su propio muelle en el puerto de Avilés, en la margen de la ría y mueve unas 150.000 toneladas al año (es la previsión del actual ejercicio). Los 530.000 euros que paga Alcoa suponen el 3,5% de los ingresos anuales de la Autoridad Portuaria de Avilés, que maneja unos 15 millones. En el caso de A Coruña la aportación de la firma estadounidense debería ser menor pues el puerto coruñés es de mayor tamaño que el asturiano y mueve más tráficos.

En el caso coruñés, Alcoa opera actualmente en el muelle de Batería y, hasta antes de anunciarse el cierre, estaba previsto su traslado al puerto exterior de punta Langosteira a mediados del próximo año, con lo que el cambio de ubicación se haría con al menos un año de retraso. Estimando un coste portuario similar al de la fábrica asturiana -el avilesino está integrado en la red de Puertos del Estado, al igual que el coruñés-, la aportación del tercer productor mundial de aluminio a la ciudad de A Coruña entre impuestos municipales y tasas portuarias ronda esos 1,7 millones de euros.

La factoría de Alcoa en Avilés, la otra amenazada por el cierre, aporta al año 2,5 millones en tributos a la comarca. En este caso son dos los municipios que se reparten el pastel, ya que los terrenos de la fábrica pertenecen en una parte a Avilés y en otra mayor a Gozón. Lo mismo que sucede con la refinería de Repsol en A Coruña, que paga parte de los impuestos al concello de Arteixo. Porcentualmente el impacto económico es mayor, por el pequeño tamaño de estos municipios (Avilés ronda los 80.000 habitantes y Gozón no llega a 11.000), lo que explica que los 800.000 euros que Alcoa paga al Ayuntamiento de Avilés por IAE supongan un tercio de toda la recaudación. Más aún en Gozón, que ingresa 1,2 millones por la actividad de la fábrica de la aluminera.

El impacto tributario y en tasas puede variar de un año para otro en función de la actividad. Alcoa llegó a pagar 730.000 euros al Puerto de Avilés en 2011, la factura más elevada en años. Aquel año la aluminera movió por los muelles avilesinos 202.285 toneladas, casi el doble que en 2017. Desde 2014 tanto la factoría de A Coruña como la de Avilés redujeron un 30% su producción por decisión de la compañía. Los trabajadores denuncian además que la firma introduce a través de los puertos españoles aluminio de plantas extranjeras, lo que consideran "competencia desleal".