El comité de empresa de Alcoa en A Coruña está decidido a luchar para encontrar una solución y evitar el cierre de las fábricas coruñesa y asturiana (Avilés) de la aluminera y el despido de los casi 700 trabajadores que suman entre las dos. Pero al margen de las movilizaciones, la plantilla de la planta de A Grela también ofrece sus alternativas y posibles soluciones y ayer registró tanto en la Delegación del Gobierno en Galicia como en la delegación de la Xunta en A Coruña su plan para el mantenimiento de la actividad industrial y el empleo tanto en las instalaciones coruñesas como en las avilesinas.

El documento entregado a ambos Ejecutivos incluye un preámbulo en el que el comité de empresa de la fábrica coruñesa expone la situación de la planta, su opinión sobre las últimas medidas adoptadas por Alcoa, la importancia de la industria del aluminio para España -"un sector estratégico, de futuro", resalta- y las diferencias con una fábrica de Alcoa en Noruega, que cuenta con la misma tecnología que estas dos españolas y que sí es rentable. "Hay que ver qué parámetros hacen que las nuestras no sean competitivas", sentencia el presidente del comité de empresa de A Coruña, Juan Carlos López Corbacho.

En esta línea, apuntando a los costes energéticos principalmente, los trabajadores también cuestionan que en España se viva esta situación y en Italia (Portovesme) justo acabe de abrir una planta de similares características que Alcoa cerró en 2012 con argumentos muy parecidos a los del caso español. El empeño del Gobierno italiano y de un inversor obraron el "milagro sardo".

En este contexto, el comité de empresa expone seis puntos que considera claves para garantizar la actividad industrial en A Grela y en Avilés. El primero de ellos es la retirada del expediente de regulación de empleo (ERE) de extinción planteado por la alumineraERE. Le sigue un "mecanismo de urgencia" para evitar que las dos fábricas entren en "parada técnica", bien por falta de electricidad bien por ausencia de alúmina, pues el coste poner las instalaciones en marcha una vez paradas es "ingente".

El tercer punto, y uno de los más importantes expuestos por la plantilla, es la creación de una mesa o coordinadora de las plantas en la que estén tanto la Administración como la empresa y los trabajadores. Su labor duraría 18 meses, con el objetivo de favorecer que haya inversiones en las fábricas y que estén en condiciones de producir al 100% para que posibles empresas interesadas en adquirirlas cuenten con unas instalaciones competitivas. "Las inversiones tendrían que correr a cuenta de Alcoa, por todos los beneficios que ha obtenido aquí. Después puede colaborar en el proceso o quedar fuera, pues creemos que se le podría aplicar la normativa antimonopolio y que las plantas pasasen a manos de otras empresas", relata el presidente del comité de empresa de la factoría coruñesa.

El cuarto punto reclama una reforma a fondo del sistema eléctrico analizando lo que existe en otros países y buscando un mecanismo que garantice precios de la energía competitivos y, con ello, la viabilidad de la industria electrointensiva.

En quinto lugar aparece la necesidad de que las ayudas y subvenciones que se concedan a las empresas estén vinculadas al mantenimiento de la actividad industrial y de los empleos. "No puede ser que una empresa reciba más de 1.000 millones en ayudas y prescinda de sus trabajadores cuando le venga en gana", denuncia López Corbacho.

La última reclamación de los trabajadores de A Grela es, como ya publicó este diario, en relación con la entrada de aluminio de otras fábricas de Alcoa por los puertos gallegos. La plantilla sostiene que la multinacional surte el mercado español con producto foráneo, con lo que "perjudica" directamente a las dos plantas que pretende cerrar.