La subasta para acceder a los descuentos en la tarifa eléctrica, el conocido como sistema de interrumpibilidad, se presenta como otro campo de batalla para la supervivencia de la planta de Alcoa en A Coruña. En los próximos días está previsto que se convoque la puja para el primer semestre de 2019 y si Alcoa no compite por las plantas de A Coruña y Avilés (Asturias), para las que anunció el cierre, será muy difícil que las factorías de aluminio puedan seguir activas ya sea en manos la multinacional estadounidense o de un posible comprador, porque los costes energéticos harían inviable la producción. Por ello, el comité de empresa del centro de A Grela reclama que se garanticen los descuentos eléctricos para el próximos ejercicio.

"Ya sea con una prórroga temporal de la última subasta o mediante un nuevo sistema, el Gobierno tiene que dar certeza e ir hacia un marco más estable", expone el presidente del comité de empresa de Alcoa en A Coruña, Juan Carlos López Corbacho, en relación a las primas eléctricas a las que se agarra la industria electrointensiva -la electricidad representa el 40% de los costes de producción de Alcoa- para mantener sus márgenes de rentabilidad. Sin incentivos por interrumpibilidad, los números no salen. Los trabajadores lo saben y por eso confían en que la implicación que las administraciones están mostrando ante el conflicto laboral de Alcoa sirva para garantizar que la tanto la planta coruñesa, con 369 trabajadores, como la asturiana, con 317, conserven sus incentivos eléctricos más allá del 31 de diciembre, fecha en que vencen las primas vigentes.

El servicio de interrumpibilidad es el sistema por el que el Gobierno bonifica a la gran industria a cambio de su disponibilidad para desconectarse cuando Red Eléctrica de España (REE) lo requiera, en situaciones de desajuste entre oferta y demanda de electricidad. Funciona así desde 2014, con una periodicidad que ha sido irregular. La última puja se celebró en mayo, para cubrir el segundo semestre del año. En ella, Alcoa salió peor parada que en los anteriores repartos.

"La subasta ha proporcionado a las operaciones de Alcoa en España un volumen de servicios de interrumpibilidad similar al de años anteriores, pero con un valor significativamente menor respecto a anteriores subastas", detallaron fuentes de la multinacional aluminera en aquel momento. Y al igual que en ejercicios anteriores, las plantas que quedaron en peor situación fueron las de A Coruña y Avilés, que ya estuvieron a punto de cerrar en 2014 tras el mal resultado obtenido en la primera subasta de la interrumpibilidad celebrada con el actual sistema. Los bloques de energía interrumpible mejor remunerados que consigue la aluminera los destina a la fábrica que tiene en San Cibrao (Lugo), la de mayor tamaño y más competitiva -con una planta de aluminio primario y otra de alúmina-. La multinacional, que no suele comentar los resultados individuales de sus factorías, detalló ya en mayo que el precio de la tonelada de aluminio en el mercado internacional está por debajo de los costes de producirla en las fábricas de A Coruña y Avilés, ante el coste eléctrico arrojado por el resultado de la subasta. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en 2014, el problema eléctrico y la reclamación de compensaciones no aparecen en el discurso de la multinacional desde que anunció el cierre de sus dos plantas más pequeñas, el pasado octubre.

La empresa realizó la solicitud

Fuentes oficiales de Alcoa aseguran que mientras no haya una "decisión final" todo "sigue su curso", por lo que la compañía ha "cumplimentado el proceso de validación para las tres plantas" (San Cibrao, A Coruña y Avilés), de cara a la próxima puja. Juan Carlos Corbacho insiste en que "cualquiera que quiera hacerse con la planta necesitará estabilidad" en los precios de la energía y considera que es "capital" regular un marco energético adecuado, aunque la lucha inmediata para la plantilla está ahora en lograr "levantar el expediente de regulación de empleo" (ERE) que la empresa ha iniciado para la extinción de los casi 700 puestos de trabajo.

La Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE) espera que "pronto" se convoque la nueva subasta de interrumpibilidad, pero de momento no ha recibido ninguna comunicación oficial. La ministra para la Transición Energética, Teresa Ribera, planteó en el Congreso la semana pasada la posibilidad de "repensar" las subastas ante el anuncio de cierre de las factorías coruñesa y avilesina, pero no aclaró nada.