El de los autónomos es uno de los regímenes que no ha recuperado el pulso en Galicia. Entre 2016 y 2017 el promedio anual de afiliados se redujo en más de 2.000 personas, lo que no impidió que Hacienda elevara la recaudación por cuotas más de un 2%. En concreto, y sumando los ingresos gestionados por las mutuas colaboradoras -que acaba de publicar la Seguridad Social-, los trabajadores por cuenta propia aportaron 782,4 millones de euros, frente a los casi 766 millones del ejercicio anterior. Esto es, el Fisco recaudó unos 300.000 euros más a la semana de un colectivo menguante que encara ahora una nueva subida de las cuotas mensuales para ajustarse al alza del salario mínimo.

Mientras, la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA) celebró ayer que más de 400.000 autónomos vayan a poder seguir tributando con el sistema de módulos después de que el Gobierno haya decidido no endurecer el umbral de acceso. "El mantener los límites actuales permitirá a muchos autónomos seguir con sus actividades, que de otra manera se verían abocados a echar el cierre", apuntó el presidente de ATA, Lorenzo Amor. El sistema de módulos, más ágil y sencillo que el habitual, está especialmente diseñado para los autónomos con ingresos más bajos, ya que se fija una cuota fiscal por un criterio objetivo. La ley actual establece que desde 2019 no podrán tributar por módulos los autónomos con rendimientos íntegros de más de 150.000 euros, que facturen a otros profesionales más de 75.000 euros o cuyas compras superen los 150.000 euros.