El máximo responsable de la patronal lucense, Jaime López, apremió esta semana a la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) a fijar una fecha electoral para elegir nuevo presidente, cargo vacante desde la dimisión, en enero, del coruñés Antón Arias. Pero ayer no logró imprimir estas prisas al comité ejecutivo de la organización, que de momento solo ha decidido celebrar un cónclave para aprobar las cuentas. Las de 2017. Será la junta directiva la que decidirá no solo una fecha electoral, sino si ésta se celebrará al amparo de los estatutos. Los nuevos, los que ha estado reformado desde agosto una comisión capitaneada por el presidente de la patronal de Pontevedra, Jorge Cebreiros.

El nuevo texto incluye, como avanzó este diario, una limitación de mandatos -a dos legislaturas- o la imposibilidad de compatibilizar la Presidencia con la dirección de patronales provinciales. Los electores tampoco podrán llevar a la asamblea más de diez votos delegados. "Parece que algunos lo que quieren es dilatar lo máximo posible y que no se apruebe la reforma", lamentan fuentes internas de la confederación. "Lo lógico -zanjan- es que se convoque una asamblea general extraordinaria para la reforma de estatutos y tres semanas después convocar la asamblea general electoral para elegir presidente".

Por el diseño de la junta directiva -con presencia de los expresidentes José Manuel Fernández Alvariño o Antonio Dieter Moure-, la mayoría en este órgano no está esta vez en manos del patrón coruñés, Antonio Fontenla.