El cierre anunciado por Alcoa para sus plantas de A Coruña y Avilés puede tener una alternativa, o al menos un aplazamiento, al despido de sus casi 700 trabajadores (369 en la de A Grela y 317 en la de Asturias) este mismo año. La ministra de Industria, Reyes Maroto, aseguró ayer en el Congreso que la multinacional aluminera ha prolongado el plazo para negociar el ERE (expediente de regulación de empleo) de extinción y que ha aceptado negociar con el Gobierno la venta de estas fábricas a "la mejor inversión". A las palabras de la ministra, se suma la respuesta de la Dirección General de Trabajo a las quejas de la plantilla coruñesa coruñesa -que considera nulo el ERE-. Un documento de la Subdirección General de Relaciones Laborales da la razón a los trabajadores en que debió convocarse una prenegociación entre las partes e insta a abrir un periodo de negociación más amplio para "encontrar soluciones no traumáticas".

La ministra informó de que responsables de la firma estadounidense se pusieron en contacto con el Ejecutivo para comunicar la ampliación de este plazo y que la próxima semana celebrará un nuevo encuentro de la mesa de trabajo constituida entre las diferentes administraciones implicadas y los trabajadores "para trabajar en este nuevo horizonte". Una portavoz oficial de la empresa confirmó ayer a este medio que Alcoa está dispuesta a valorar la venta "si hay una parte interesada con una propuesta sólida y viable" que, a su juicio, por ahora no llegado; si bien matizó que no hay un plazo de ampliación decidido para la tramitación del ERE. "Una vez que se constituya la mesa negociadora, si se pide una ampliación la empresa estaría dispuesta", aclaró la misma fuente.

La mesa negociadora del despido colectivo no se ha constituido porque el comité de empresa coruñés ha decidido no asistir a las reuniones porque no da validez legal al proceso. La Dirección General de Trabajo emitió ayer un escrito de recomendación y advertencia en el que apoya algunas de las quejas de los trabajadores, si bien el documento no tiene capacidad para paralizar el ERE como ellos pedían. La autoridad laboral estima que previo al inicio del periodo de consultas "se deberían haber arbitrado por las partes otras soluciones temporales más amplias que permitiesen una negociación más acorde con el calado social de este expediente".

A juicio de la Subdirección General de Relaciones Laborales, la "extrema celeridad" con que Alcoa inició el expediente "sin una prenegociación entre las partes, lógica y de práctica habitual en grandes expedientes", podría entenderse como "una ausencia de verdadera voluntad negociadora", por lo que llama a ambas partes, empresa y trabajadores, a la "constitución formal de la comisión negociadora" y pide que se "reflexione" sobre la "posibilidad de abrir un periodo amplio de negociación" para que, con participación de la Administración, se encuentren "soluciones razonables que eviten los graves efectos sociales y económicos".

La ministra Maroto valoró el cambio de postura de la multinacional: "Hoy estamos en mejores condiciones que hace una semana, cuando había una negativa por parte de la empresa de negociar, y trabajar con las administraciones y sindicatos por una solución para las dos plantas", manifestó en los pasillos del Congreso. En la misma linea, el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, celebró que se abran "vías de negociación y alternativas", aunque "el camino es difícil".

Asimismo, Maroto confío en que "van a llegar muchas más" ofertas -Alibérico y Klesch Group ya manifestaron su interés por comprar-, y espera poder "determinar" con la multinacional "cuál de las ofertas es la que realmente pueda garantizar el mantenimiento de las dos plantas y el mayor número de empleos". "Lo que queremos es la mejor inversión. Es mejor esperar, tener tiempo para analizar todas las posibles ofertas, y que realmente el cambio de titularidad sea un cambio que garantice la sostenibilidad a medio y largo plazo de las dos plantas", concluyó la responsable de Industria.

El cambio de estrategia de la aluminera fue acogido con cautela por parte de la plantilla coruñesa. "Desconfío de la empresa", admitió ayer el presidente del comité de empresa de la fábrica de A Grela, Juan Carlos López Corbacho, quien exige "comunicación por escrito". Para que el comité de empresa de A Coruña acuda a una mesa negociadora, Corbacho señaló que "cualquier comunicación no vale", después de que la empresa apelase a la constitución de la misma en la reunión mantenida en Madrid este martes con representantes de la planta de Avilés. "Tiene que haber un acuerdo con papel y tinta y que no sea endeble", señaló el representante sobre el futuro de las plantas.