Los coches con motor a diesel y gasolina tienen los días contados en España. El Gobierno ya les ha puesto fecha de caducidad. La matriculación de turismos y vehículos comerciales ligeros que emitan dióxido de carbono -incluidos los híbridos y los que funcionan a gas- estará prohibida a partir de 2040, dentro de 22 años. Solo podrán venderse los puramente eléctricos. El objetivo del ejecutivo es que el parque automovilístico nacional quede completamente "descarbonizado" diez años después, en 2050. Para esa fecha ningún coche de los considerados contaminantes podrá circular por las carreteras españolas. A más corto plazo, no más allá de 2023, los municipios de más de 50.000 habitantes tendrán que contar con lo que se ha denominado como "zonas de bajas emisiones", en las que se puede restringir la circulación a los coches de combustión cuando haya picos importantes de contaminación, al estilo de lo que ya ocurre en el centro de Madrid y Barcelona.

Todas estas restricciones se articularán en la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética que el Ejecutivo se encuentra preparando, según figura en uno de los documentos de trabajo de la futura normativa. Aunque, la estrategia en Europa parece conjunta y orquestada. Francia y Reino Unido tienen idénticos objetivos que el Ejecutivo español. Mientras que Dinamarca, Irlanda, Alemania y Holanda son más ambiciosos y han pisado el acelerador y prohibirán la venta de coches de combustión en 2030 y Noruega, algo antes, en 2025.

Pero, incluso dentro de España, hay iniciativas igual de ambiciosas. El Gobierno de Baleares anunció recientemente que tiene previsto prohibir la circulación de vehículos con motor a diesel en 2025 por las islas, y la de los de gasolina una década después, en 2035.

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A pesar de que los planes son a largo plazo, los talleres y las gasolineras los ven apresurados. Especialmente, porque, denuncian, aún no está desarrollada la tecnología que permitirá la recarga rápida de los coches eléctricos. La Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) criticó la propuesta del Ejecutivo y aseguró que puede provocar incertidumbre y retraer las ventas ya que la gente no sabrá "qué coche comprar".

El caso es que las ventas de coches eléctrico están subiendo, pero aún con el freno de mano echado. A día de hoy el gasóleo es de largo el carburante número 1 en el parque gallego, con seis de cada diez de los 1,9 millones de vehículos que hay, según la Dirección General de Tráfico (DGT). Los alternativos apenas representan el 0,1% (2.908), lastrados por factores como que la duración de las baterías eléctricas aún no da para hacer viajes largos. No podría llegarse, por ejemplo, del tirón de Galicia a Madrid. Tampoco está desarrollada la red de recargas, ni en las gasolineras ni en las cocheras o garajes de las comunidades.

A más corto plazo, el Gobierno pretende establecer "zonas de bajas emisiones" en los municipios de más de 50.000 euros, como las que ya hay en Madrid y Barcelona. Esa fórmula permitirá restringir desde ya la circulación de los vehículos más contaminantes por el centro de las ciudades en momentos en los que arrecia la contaminación.

El Gobierno también estudiará la implantación de la llamada euroviñeta, que gravará a los vehículos pesados de mercancías que utilicen determinadas infraestructuras.

La norma conocida ayer, todavía en fase de borrador y con la intención de que llegue al Congreso antes de fin de año, aspira a reducir las emisiones un 20% en 2030 -tanto como lo gases que suman hoy industria, agricultura y ganadería- y hasta un 90% en 2050. Y el transporte es el sector más contaminante, del que sale una cuarta parte de todas las emisiones.