El naranja es el color de la esperanza para las 400 familias a las Alcoa tiene en vilo con el despido colectivo presentado para cerrar su fábrica de aluminio de A Grela. De ese tono se tiñó ayer la plaza de María Pita, con carteles, camisetas y humo de bengalas, en una concentración en la que más de mil personas defendieron la continuidad de la factoría. Los afectados corearon lemas como Queremos solucións e non subvencións; Fóra ianquis, pandilla de mangantes; Queremos traballar, non emigrar o Aluminios non se pecha. La plantilla asume que la aluminera estadounidense puede marcharse de la ciudad, pero no que eso signifique el cierre de la planta.

Decenas de niños participaron en el acto reivindicativo -también con camisetas naranjas- y sostuvieron letras de gran tamaño para formar el mensaje Peche non. El clamor Alcoa non se pecha quedó expresado también en una gran pancarta que la corporación municipal desplegó desde el balcón del Ayuntamiento. Fue el colofón a un acto en el que la ciudad volvió a arropar a los trabajadores de Alcoa en su lucha por continuar la actividad industrial. El actor coruñés Xosé Antonio Touriñán leyó un manifiesto en el que reivindicó que la fábrica de A Grela es una "referencia mundial por su calidad" a pesar de que Alcoa "no invirtió nada desde que se hizo con el grupo Inespal [la empresa pública vendida por el Gobierno de Aznar] en 1998", criticó. Sobre la base de que A Coruña es "una potencia en aluminio", Touriñán puso voz a la exigencia de los trabajadores: "No podemos permitir que se cierre nuestra fábrica".

También el alcalde, Xulio Ferreiro, llamó a seguir la lucha "hasta garantizar que Alcoa no se cierra". Desde el balcón del Ayuntamiento, Xulio Ferreiro apeló a la "presión popular" para avanzar hacia una solución que permita la continuidad de los 369 puestos de trabajo directos de la fábrica de aluminio primario de Alcoa en A Coruña y los 317 de la de Avilés (Asturias). "En este proceso, todos los coruñeses somos trabajadores de Alcoa", insistió Ferreiro respecto a la implicación de la ciudad en el conflicto.

El presidente del comité de empresa de a factoría coruñesa, Juan Carlos López Corbacho, agradeció el apoyo ciudadano y también la presencia de compañeros de las otras dos plantas de Alcoa en España, las de Avilés y San Cibrao, en Cervo (Lugo) -la única que Alcoa prevé mantener-. "Es un camino duro, pero más duros somos nosotros", concluyó Corbacho, que apelo a la fuerza de Hércules y María Pita. Hasta la misma lanza de la estatua de la heroína llegó una camiseta en contra del cierre, con la ayuda de los bomberos. Isto é a guerra, Alcoa non se pecha.