A Coruña ha sido tradicionalmente una ciudad de servicios y el escaso tejido industrial de la comarca se ha ido debilitando cada vez más en los últimos años, con el de cierre de fábricas como la de Tabacos, la textil Caramelo o la de elaborados metálicos Emesa. Un historial de desmantelamiento fabril al que ahora amenaza con sumarse la planta de aluminio primario de Alcoa, para la que la multinacional anunció el cierre y el consecuente despido de sus 369 trabajadores en A Grela, junto a otros 317 en Avilés (Asturias). La economía coruñesa sigue un camino inverso al marcado por la Unión Europea, que fija como objetivo alcanzar un grado de industrialización del 20% para 2020. El nivel de la comarca no llega ni a la mitad: la industria aporta solo el 9,5% del valor añadido bruto (VAB) -que equivale al producto interior bruto (PIB) más los impuestos indirectos netos- , según el último Informe de Coyuntura Económica de la Provincia de A Coruña publicado por el Club Financiero de Santiago y el Club Financiero Atlántico.

El documento alerta de la excesiva dependencia del sector servicios en A Coruña y llama a "aumentar el peso de la actividad industrial" y a "diversificar más allá del textil". Los servicios -especialmente el comercio, el transporte y la hostelería- generan el 83,1% de la economía comarcal, a enorme distancia de la industria (9,5%), la construcción (6,2%) y el sector primario (0,6%). Dentro de la provincia, solo el área de Santiago tiene un menor peso industrial (6,6%). En el polo opuesto, las comarcas más industrializadas son Eume (64%), especializada en el sector energético, y O Sar (38, 6%), en el procesamiento de madera, papel y muebles.

La tercera ciudad de la provincia y la de mayor tradición fabril, Ferrol, conserva un nivel fabril más alto que A Coruña y Santiago, el 14,4%, pero aún así no llega al listón europeo. El peso de la industria en la economía provincial queda relegado al 15,9%, el más bajo de Galicia, mientras que la dependencia del sector terciario alcanza el 73,9%. A nivel autonómico, el grado de industrialización sube al 19% del VAB, según datos de 2014, últimos disponibles según el estudio.

"Resulta fundamental aumentar el peso del sector industrial, como generador de riqueza y empleo, tanto directo como indirecto, estable, además del impulso que supone para el sector servicios", sostiene el documento, que critica que la industria en Galicia está "muy concentrada en los sectores textil [en A Coruña y vinculado a Inditex] y automoción [en Vigo y vinculado a PSA], por lo que se requeriría una mayor diversificación industrial". Para paliar la situación, el Club Financiero aboga por "poner el foco en sectores industriales con fuerte componente de I+D+i [investigación, desarrollo e innovación]", para lo que considera "fundamental" la disponibilidad de "capital humano de alta cualificación con el que cuenta Galicia gracias a sus universidades".

Los sindicatos ven inviable que la actividad industrial coruñesa alcance el 20% del PIB. "La industria pierde peso en la comarca y va a ser muy difícil de remediar", considera el secretario de la Federación de Industria de CCOO en Galicia, Víctor Ledo, quien ve especialmente grave la dejadez de la administración hacia el sector metalúrgico -uno de los cinco principales en Galicia, dice, junto a textil, naval, automoción y agroalimentario-. En este sentido, critica la "política energética nefasta" que a su juicio espanta a empresas electrointensivas como Alcoa.

El cierre de fábricas tiene una incidencia directa en el empleo y la riqueza de la comarca. "Quitando la referinería de Repsol, si cierra Alcoa ya no quedará en A Coruña ninguna empresa con ese nivel de empleo industrial", expone el secretario comarcal de la CIG, Xabier Filgueira, en alusión a la cantidad, unos 400 empleos directos, y la calidad de los contratos de la aluminera. Filgueira reconoce que la globalización deja un "panorama complicado" para la industria pero está convencido de que "aún se puede dar la batalla" y "cambiar el modelo productivo" de Galicia empezando por potenciar los sectores productivos básicos, como la energía. En ese sentido, el sindicalista recuerda la propuesta de la CIG para crear una tarifa eléctrica gallega para abaratar el recibo de la luz tanto a la industria como a las economías domésticas.

El secretario comarcal de UGT en A Coruña, José Carrillo, lamenta que en el conflicto de Alcoa "se repite la historia". A su juicio, igual que sucedió con la Fábrica de Armas, "la multinacional llega, le regalan la fábrica, promete que invertirá y creará empleo, luego se dedica a gestionar el mercado, ni invierte ni aumenta plantilla, y al final se marcha sin opción a vender porque su idea es eliminar competencia". "Espero que podamos pararle los pies", desea Carrillo, consciente de que las multinacionales "no tienen patria ni corazón" y "no les importa la comarca" ni la destrucción de cientos de puestos de trabajo que "no se van a reponer", advierte. Las grandes industrias que perviven en A Coruña, además de la multinacional textil Inditex, son la refinería de Repsol, la fábrica de cervezas de Estrella Galicia, la embotelladora de Coca-Cola Begano o la empresa química SLG Carbón.

Los sindicatos defienden la importancia de las manufacturas para crear empleo de calidad y critican que las administraciones hayan "subvencionado la externalización de las multinacionales que se han implantado en A Coruña", en palabras de Filgueira. La deslocalización de la producción hacia países con menores costes y la externalización de servicios explican en parte la pérdida de peso industrial, una alarma ante la que Unión Europea, Gobierno y Xunta tratan de responder con el objetivo de llevar la industria al 20% del PIB.