El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha rebajado en dos décimas su previsión de crecimiento de la economía española para este año, hasta el 2,5%, y advierte de que si no se aprueban unos nuevos presupuestos el déficit se podría desviar hasta el 2,4% del PIB en 2019.

"La economía española sigue recuperando el terreno perdido durante la crisis", reconoce el FMI en el informe anual sobre España difundido hoy, aunque apunta que ya ha superado el pico del ciclo y que el ritmo de crecimiento se moderará hasta el 2,5 % este año, el 2,2 % en 2019 y así progresivamente hasta el 1,75 % a medio plazo.

Además, también este miécoles, la OCDE rebajó las cifras de crecimiento para España que había pronosticado para este año y el siguiente debido a la ralentización global, aunque auguró que la economía española seguirá "fuerte" gracias sobre todo a una robusta demanda interna.

En su informe semestral de Perspectivas Económicas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico revisó a la baja en dos décimas el crecimiento para este año, de 2,8% a 2,6%, respecto a sus estimaciones del pasado mayo, en línea con las últimas previsiones realizadas por el Gobierno de Sánchez. También rebajó en dos décimas (del 2,4 % al 2,2%) sus estimaciones para 2019, mientras que auguró que esa moderación del crecimiento continuará en 2020, donde prevé un 1,9 %.

Por su parte, la previsión del FMI para 2018 es una décima inferior a lo previsto por el Gobierno y según el FMI responde al debilitamiento de las fuerzas cíclicas y un entorno externo menos propicio.

Además, es dos décimas inferior a lo que había pronosticado hace un mes y medio, cuando difundió sus conclusiones iniciales en su asamblea anual, celebrada en Bali.

La previsión del 2,7% que por entonces hizo del crecimiento español, tras enviar una misión a España a comienzos de octubre, ya supuso una rebaja de una décima con respecto a sus proyecciones previas, alegando igualmente un empeoramiento del entorno exterior y un debilitamiento de la demanda interna.

Además, ha elevado hasta el 2,8% su previsión del déficit sobre el PIB para este año y advierte de que si el Gobierno no logra sacar adelante sus presupuestos y se prolongan los actuales, el déficit podría quedar en el 2,4 %, cuatro décimas más de lo presupuestado.

Esa previsión del déficit para 2019 ya incluye las medidas anunciadas por el gobierno sobre el impuesto sobre la renta, la subida del salario mínimo y el incremento de las pensiones, por lo que el FMI ve "crítico" tomar medidas adicionales para mejorar el balance incluso aunque no se aprueben los nuevos presupuestos.

Igualmente, advierte de que la deuda pública sigue suponiendo un "riesgo", por lo que urge a tomar medidas ahora que la economía está creciendo aún a buen ritmo y antes de que se encarezca el coste de la deuda y aumente la presión por en envejecimiento de la población.

"No debe retrasarse más la reanudación de la consolidación del déficit primario estructural en al menos el 0,5 % anual del PIB (...) hasta que se alcance un equilibrio estructural fiscal y la deuda se encuentre en una clara trayectoria descendente", recomienda.

El FMI advierte además de que el proteccionismo internacional y un Brexit sin acuerdo podrían afectar al comercio, lo que perjudicaría las exportaciones e inversiones de España, al tiempo que "la incertidumbre política en países clave de la zona euro" podría aumentar los rendimientos de la deuda española.

En el ámbito interno, la "prolongada incertidumbre" relacionada con Cataluña podría socavar la confianza y lastrar la inversión, según el FMI, que urge a aprovechar "al máximo" las buenas condiciones económicas para reducir más rápidamente el alto nivel de deuda pública y las grandes necesidades de financiamiento.

"De lo contrario, habrá poco espacio para contrarrestar de manera proactiva las consecuencias adversas de las futuras crisis en la economía", según el organismo internacional, que aboga por preservar y mejorar las reformas pasadas, especialmente para atajar el desempleo y la pobreza juveniles.

Respecto al mercado laboral, cita como "desafíos importantes" el desempleo juvenil, la temporalidad y el empleo involuntario a tiempo parcial, que son los más altos de la Unión Europea (UE).

Aunque valora que el sector privado haya reducido su endeudamiento y la salud del sistema bancario se haya fortalecido, observa que algunos segmentos de empresas y hogares aún están demasiado apalancados y los préstamos para bienes de consumo duraderos se están expandiendo rápidamente, al tiempo que los bancos españoles "siguen rezagados" en términos de coeficientes de capital.

El FMI entiende que hay otro factores que frenan el potencial de crecimiento económico, como el escaso crecimiento de la productividad, la demografía desfavorable y el alto desempleo estructural, aunque confía en que "la composición del crecimiento siga siendo de base amplia, lo que refleja el cambio saludable en la estructura y la competitividad de la economía" española.

El organismo internacional prevé que el superávit de la cuenta corriente ronde el 1 % del PIB, lo que reducirá gradualmente la alta posición de inversión internacional neta negativa, y que la inflación subyacente vaya ascendiendo hasta el 2% en los próximos años.

El informe de la OCDE

Por su parte, la revisión de la OCDE sigue dejando, pese a todo, a España como una de las principales locomotoras de la zona euro, ya que en el conjunto de países de la moneda única el producto interior bruto (PIB) crecerá un 1,9 % este año, un 1,8% el siguiente y un 1,6% en 2020.

La buena salud de la demanda interna -favorecida por los bajos tipos de interés y por medidas presupuestarias como el incremento salarial y de las pensiones- será en gran medida la responsable de que España continúe creciendo y creando puestos de trabajo, aunque a un ritmo progresivamente decreciente.

Si el "club de los países ricos" calcula que España cerrará este año con una tasa de desempleo del 15,3%, esta será del 13,8% al final del que viene y del 12,5% en 2020, un nivel todavía alto y que sigue contando con los lastres de una alta temporalidad y el fuerte paro juvenil.

Los autores del informe creen que "la clave" es luchar contra el abuso de contratos temporales, para reducir la dualidad del mercado laboral, y recomiendan otras recetas como aumentar las plazas de educación infantil de 0 a 3 años para promover el acceso de las mujeres al trabajo o mejorar la formación profesional.

La OCDE llama la atención sobre la tasa de ahorro familiar, que se encuentra en mínimos, lo que evidencia el fuerte tirón del consumo interno.

También insta al Gobierno español a adoptar medidas de consolidación fiscal a medio plazo si pretende reducir la deuda y a lanzar reformas para aumentar la productividad si quiere conservar el crecimiento.

Un comportamiento del déficit público peor de lo augurado (será del 2,7 % en 2018 frente al 2,4 % pronosticado hace seis meses) obligaría, a juicio de la OCDE, a mayores esfuerzos para atajar la deuda, que seguirá bajando pero a un ritmo muy lento: del 97,7 % del PIB este año, a 96,5 % el siguiente y a 96 % en 2020.

Para ello, cualquier beneficio inesperado en los ingresos debería ir destinado a paliar esa deuda, recomienda el organismo con sede en París.

De la misma forma, la mejora de la productividad, no a través de una rebaja salarial sino de la mejora en la educación y en el I+D+i, incidiría en una recuperación del poder adquisitivo que no acaba de llegar tras la crisis.

Y la bonanza vivida en los últimos tiempos por el sector exterior también se irá mitigando, algo que podría ir a peor si el comercio global se ralentiza más allá de lo esperado.

Por eso, la organización alerta de que los riesgos para España siguen siendo "considerables", ya que "las turbulencias en los mercados internacionales y la incertidumbre política podrían bajar la confianza del sector privado, obstaculizando la demanda interna".