La Comisión Europea se ha fijado el objetivo de alcanzar un nivel neto de cero emisiones de CO2 en 2050 para liderar en el mundo la lucha contra el cambio climático. El camino exigirá dar un gran salto en eficiencia energética, en el despliegue de las energías renovables, en la movilidad limpia y en transformar la industria. Actividades como la siderurgia deberán innovar en procesos de fabricación o capturar y secuestrar el carbono que emiten a la atmósfera.

La Comisión Europea presentó ayer su estrategia a la largo plazo para alcanzar una economía climáticamente neutra en 2050, que debelará ser ratificada por el conjunto de las instituciones de la UE y plasmada en los planes nacionales de clima y energía. Según la estrategia, la generación de energía deberá estar completamente descarbonizada en 31 años y más del 80% de la electricidad de la UE deberá producirse a partir de fuentes de energía renovables. En ese esquema se quedan fuera las actuales térmicas de carbón gallegas -Meirama y As Pontes-, pero son más los sectores de peso que peligran si no se adaptan, como el siderúrgico o el cementero por sus emisiones de CO2.

"Es necesario cumplir los objetivos de temperatura a largo plazo del Acuerdo de París. Esto es posible con las tecnologías actuales y con las que van a desplegarse próximamente. A Europa le interesa frenar el gasto en importaciones de combustibles fósiles e invertir en mejoras significativas en las vidas diarias de todos los europeos", señaló Miguel Arias Cañete, comisario de Acción por el Clima y Energía, que añadió que "ninguna región debe quedarse atrás y la UE prestará su apoyo a los más afectados por esta transición a fin de que todos estén preparados para adaptarse a los nuevos requisitos de una economía "climáticamente neutra".

El camino hacia ese objetivo obligará a realizar importantes esfuerzos en eficiencia energética en todos los ámbitos, en el despliegue de las energías renovables, en el desarrollo de la movilidad con vehículos de bajas o nulas emisiones, en la sumideros naturales de carbono. Fuentes comunitarias reconocieron que en el caso de las emisiones relacionadas con los procesos industriales, como las vinculadas por ejemplo a la fabricación del acero, es más difícil eliminar la contaminación.

La mayoría de las emisiones industriales de gases de efecto invernadero provienen de la calefacción, ya sea para aplicaciones de vapor y agua caliente o alta temperatura. Estas emisiones pueden reducirse a través de mejoras de eficiencia adicionales y al cambiar a fuentes de energía de bajo y cero carbono como la electrificación basada en energías renovables, biomasa sostenible, combustibles sintéticos o hidrógeno. Alrededor de una cuarta parte de las emisiones industriales consiste en emisiones relacionadas con el proceso (es decir, emisiones de reacciones químicas distintas de la combustión), que son más difíciles de reducir. Reducir estas emisiones requerirá una auténtica innovación de procesos o la aplicación de captura y almacenamiento de carbono. Las industrias innovadoras también pueden mejorar la eficiencia de sus recursos y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al mejorar la reutilización y el reciclaje a través de enfoques de economía circular y acoplamiento de sector.

Se requieren importantes esfuerzos de innovación en los próximos diez años para desplegar las tecnologías económicamente competitivas necesarias para contribuir a una transformación industrial circular y baja en carbono.