La oposición frontal de la junta directiva al planteamiento de elegir presidente antes de contar con los nuevos estatutos forzaron ayer a dar marcha atrás a Antonio Fontenla, que apostaba por esta opción e incluyó en el orden del día una "propuesta de fecha de asamblea electoral". La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) celebrará así asamblea ordinaria el 21 de diciembre, pero solo deberá validar las cuentas auditadas de 2017 y el presupuesto de 2018, según confirmaron a este diario fuentes de la patronal.

En la junta directiva, donde Fontenla no tiene mayoría -ha perdido el apoyo del que fuera su número dos, Jose Antonio Vázquez Freire, purgado de la vicepresidencia en la confederación coruñesa-, se entregó la propuesta de nuevos estatutos, que serán ahora distribuidos por todas las organizaciones que conforman la CEG para recibir posibles aportaciones. El texto, que incluye limitación de mandatos, de delegaciones de voto y contempla las mociones de censura, será votado en asamblea general extraordinaria el 21 de febrero.

La facción crítica con Fontenla ha agrupado a las confederaciones de Pontevedra, Ourense y el grueso de las sectoriales, que temían que el patrón coruñés programase unas elecciones para lanzar un candidato de confianza con el respaldo de Lugo. Esta posibilidad hizo que sus críticos iniciasen contactos para presentar a su propio delfín y "contraprogramar" a Fontenla. No ha sido necesario, finalmente. Al encuentro de ayer -tras la junta directiva se reunió el comité ejecutivo- no asistió ningún representante de la patronal lucense.

La comisión de reforma estatutaria de la patronal gallega inició el pasado mes de julio su andadura bajo la coordinación del presidente de la confederación de Pontevedra, Jorge Cebreiros. Por primera vez la CEG limitará a dos legislaturas el mandato del presidente, una ambición que persiguió en 2013 José Manuel Fernández Alvariño fue aprobada en un comité directivo pero que nunca se incluyó en los estatutos. Esta propuesta, sumada a la de que el presidente cuente con "vocales de confianza" en la junta directiva, tiene el objetivo de renovar por completo una institución con una profunda división interna, que ha sufrido una notable pérdida de peso institucional y que ha tenido tres patrones (Alvariño, Antonio Dieter Moure y Antón Arias) en los últimos tres años.