Los contratos indefinidos crecen en Galicia. Sí, es cierto. Entre enero y octubre se firmaron 46.905, un 17,6% más que en el mismo periodo del pasado año, y otros 36.740 empleados que eran inicialmente temporales pasaron a ser fijos, lo que supone un alza cercana al 30% en las conversiones. Pero los eventuales siguen sin pisar el freno en el acelerón que llevan desde el inicio de la recuperación de la economía. Suman un total de 937.512 en lo que va de ejercicio, con un ascenso del 11,5%. Por cada contrato indefinido en la comunidad hay once temporales. Las diferentes modalidades de contratación temporal y la posibilidad de fichar a alguien por días o por horas permite que muchos de estos afectados por uno de los grandes males del mercado laboral en la actualidad se perpetúen en la precariedad. Hay 54.000 gallegos que llevan más de tres años encadenando contratos temporales en la misma empresa. Y 33.600 de ellos superan ya los seis años.

La comunidad alcanzó al cierre del tercer trimestre el mayor número de asalariados desde 2010. Eran 879.500, después de una subida del 3,7% (31.600) respecto al periodo de julio a septiembre de 2017, según la Encuesta de Población Activa (EPA) detallada por el Instituto Galego de Estatística (IGE). El 73% de los empleados en Galicia, unos 644.000, son indefinidos. El resto, por encima de los 235.000, tienen un contrato temporal. La evolución en ambos casos es muy diferente. Mientras los eventuales se mantienen en tasas históricas, en línea con el peso que tenían antes del estallido de la crisis, en el caso de los fijos todavía no se alcanzaron los récord de 2009, con casi 670.000.

Desde que Galicia dejó de destruir empleo, a mediados de 2013, los asalariados indefinidos aumentaron un 8%, en 47.800; y los temporales lo hicieron un 36,7%, en 63.200.

De los 235.400 empleados eventuales que había en la comunidad a finales del tercer trimestre, alrededor de 57.000 llevaban menos de tres meses en la empresa. Otros 32.600 no pasaban de los cinco meses. De 6 a 11 meses, el número ascendía a 39.100. Algo más de 33.000 superaban el año y 19.600 los dos años. Había 20.400 (8,7% de todos los temporales) con entre tres y seis años de puestos temporales sin salir de la compañía y 33.600 (14,3%) por encima de los seis años.

A pesar de las limitaciones legales y el tiempo transcurrido no parece que esa cantidad vaya a rebajarse de una forma natural. ¿Por qué? Porque apenas se ha movido desde que la economía se ha vuelto a recuperar en Galicia. En 2005 los empleados temporales gallegos con más de seis años en la misma empresa eran 34.600.

En el conjunto de los asalariados, la eventualidad afecta a más de una cuarta parte, al 26,8%. Aunque los servicios arrastran la fama, lo cierto es que su tasa de temporalidad es ligeramente inferior a la media, del 26,3%. En la industria se sitúa en el 25,2%. En agricultura y pesca sube al 32,4% y en el 35,1% en la construcción. La del sector privado se mueve en el 27,6% y en el 23,8% en las plantillas públicas. Casi la mitad de los asalariados menores de 35 años es temporal, frente al 19,5% de los que superan esa edad. La diferencia entre hombres y mujeres es pequeña: un 27% en ellas, medio punto más que la tasa de temporalidad masculina.

En 2017 la conversión en fijos por orden de la Inspección de Trabajo marcó un récord: 4.859. Desde que el organismo puso en marcha su plan contra el fraude laboral en 2012 van ya 21.772 conversiones obligadas por irregularidades.

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