El aumento de precio de la materia prima (alúmina) y de la energía (que supone el 40% del coste de producción) son dos de los argumentos de la multinacional estadounidense Alcoa para el cierre de sus fábricas de A Coruña y Avilés, junto con el estado "obsoleto" de las instalaciones. La compañía tiene otras tres instalaciones en Europa: la de San Cibrao, en Cervo (Lugo), con una planta de aluminio y otra de alúmina que surte a las demás; la de Steinweg Beatrixhaven-Rotterdam, en Holanda; y la de Lista, en Noruega. Esta última es similar y opera con la misma tecnología (Soderberg) que las de A Grela y Avilés, pero resulta más rentable por el menor precio de la electricidad -gracias a la política industrial del país nórdico- y porque la propia Alcoa le vende la materia prima a mitad de precio que a las plantas españolas, según denuncia la plantilla coruñesa.

Para producir una tonelada de aluminio son necesarias dos toneladas de alúmina. Esta materia prima supone un coste y a la vez un ingreso para Alcoa, ya que es la misma multinacional la que la produce en A Mariña, desde donde la distribuye a sus factorías europeas. "Nuestra fábrica paga entre 500 y 600 dólares [la aluminera opera en la divisa de EEUU] por tonelada de la misma alúmina que la propia Alcoa le vende a 200 o 300 dólares a la planta de Noruega, por los acuerdos que tienen con ella", expone el presidente del comité de empresa de la factoría de aluminio de A Grela, Juan Carlos López Corbacho, quien critica que de esta manera la compañía puede alterar las cuentas a su conveniencia.

El representante de los 369 trabajadores amenazados por el ERE (expediente de regulación de empleo) de extinción presentado para la fábrica coruñesa -a los que se suman 317 de la asturiana- suele decir que su problema de competitividad se solucionaría con una alargadera conectada a la red eléctrica en Noruega. El recibo de la luz, que esa vez la multinacional desliga de su decisión de cerrar (a diferencia de lo que exponía en 2014), es determinante en la producción de aluminio. Según los datos del comité de empresa, la factoría de Alcoa en Noruega opera con un precio de 30 euros por megavatio (MW), mientras que en España, una vez aplicados los descuentos de las primas eléctricas por interrumpibilidad, el coste eléctrico asciende actualmente a 72 euros por MW. Es decir, más del doble. Los trabajadores piden al Gobierno que regule un marco energético estable -la próxima subasta de interrumpibilidad establecerá los precios solo para el primer semestre del próximo año- que permita a la industria planificarse y competir con los países del entorno.

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