La última subasta de interrumpibilidad, en la que se repartieron los bonus eléctricos para el primer semestre de 2019, ha supuesto un varapalo para la industria electrointensiva. Alcoa se hizo con 21 millones de euros, un 40% menos que en la anterior convocatoria. La situación agrava la crisis de la aluminera en España, donde anunció el cierre de dos de sus tres plantas: A Coruña, con 369 empleos, y Avilés (Asturias), con 317. Cada una de ellas logró 80 de los 400 megavatios (MW) que se adjudicó la aluminera entre los 2.600 MW que el Gobierno subastó entre 124 empresas. Los 240 MW restantes van para la factoría de San Cibrao, en Cervo (Lugo), la principal y la única por la que apuesta la multinacional.

La subasta, validada ayer, repartió 101,5 millones de euros entre las industrias, la menor cifra desde que se implantó, en 2015, este sistema por el que las fábricas reciben ayudas a cambio de su disponibilidad para desenchufarse cuando Red Eléctrica lo requiera.

En esta convocatoria salieron a puja cuatro bloques menos de 40 MW, aumentó la competencia y se derrumbaron los precios: 103.000 euros por megavatio, de media. El resultado para la industria ha sido nefasto. Alcoa consiguió diez bloques de 40 megavatios (seis para San Cibrao, dos para A Coruña y dos para Avilés), con un precio medio de 105.429 euros el MW. La multinacional incidió ayer en que el valor obtenido es "muy inferior al de la anterior subasta". "Esa importante reducción en el valor del servicio de interrumpibilidad daña aún más la competitividad en costes de electricidad que necesita la industria del aluminio y de la que carece actualmente en España", apuntó la firma estadounidense.

El resultado de la subasta eléctrica estuvo presente en la reunión de negociación del ERE (expediente de regulación de empleo) que mantuvieron ayer sindicatos y empresa en Madrid. El presidente del comité de empresa de A Coruña, Juan Carlos López Corbacho, recuerda que la plantilla nunca ha estado de acuerdo con el sistema de pujas, pero matizó que si bien es cierto que la asignación cae este año, el Gobierno ha activado las ayudas compensatorias por CO2, lo que complementará las cuentas de la aluminera en 2019. "La interrumpibilidad es una parte, pero hay otros sistemas compensatorios", valora Corbacho.

En este sentido, la plantilla coruñesa rechaza los argumentos de la empresa sobre la caída de ayudas ya que "no ha presentado un ERE por causas económicas", incide el representante sindical, quien acusa a la aluminera de planear una deslocalización "en toda regla" en referencia a su estudio para aumentar la producción de su fábrica de Arabia Saudí en 150.000 toneladas anuales. Las mismas que reducirá en España al cerrar A Coruña y Avilés.

La caída de primas eléctricas también perjudica a Ferroatlántica. Los trabajadores de los centros de Sabón y A Costa da Morte temen que la empresa aplique un ERE por el mal resultado. Mantendrán una reunión la próxima semana.