El grupo de clústeres de alimentación españoles que prepara una estrategia de reducción de desperdicios en el sector ya revisaron tres ejemplos de buenas prácticas empresariales "consideradas de interés y extrapolables" al resto de compañías. Una de ellas, como muestra en el colectivo de grandes empresas, es Nestlé y su compromiso de llegar a 2020, como muy tarde, con sus diez fábricas de España sin llevar ni un gramo de residuos al vertedero.

Las medidas incluyen la valorización y la apuesta por el reciclaje, la separación en origen de los residuos y mejorar las condiciones de almacenamiento. "El propósito de Nestlé es mejorar la calidad de vida de las personas y contribuir a un futuro más saludable y este respeto con el planeta está intrínsecamente relacionado con la minimización de residuos y valorización de aquellos que no puedan evitarse, convirtiéndolos en materia prima para otros procesos", explica Pedro Ruiz Rodríguez, especialista en Sostenibilidad Ambiental de la multinacional en España.

Todo empieza con la correcta separación de los residuos y su depósito en los contenedores correctos. Nestlé echó mano de gestores autorizados para el análisis de cada residuo y así ver cuál es la mejor opción para valorizarlo en función de su naturaleza. Y eso, ese conocimiento, se trasladó luego a los trabajadores a través de programas de formación en los que también se incidió en su concienciación.

La compañía usa las nuevas tecnologías y los trabajos en I+D para facilitar el reciclaje de los envases que utiliza y son una herramienta de apoyo para optimizar el transporte de los residuos hasta el lugar donde se tratan. "Optimizar el transporte -recuerda Ruiz- significa optimizar el coste de valorización". El plan es integral, llega a todas las fases de producción, incluidos los proveedores, con los que se analizan tanto las materias primas como el material de embalaje; y el cliente final, al que se da información muy concreta en el envase sobre qué hacer con él tras acabar de consumir el producto. "Este es un factor fundamental para evitar residuos en vertedero, ya que la colaboración del consumidor minimizando el desperdicio alimentario en el hogar y depositando los envases en el contenedor adecuado son factores fundamentales para lograr el objetivo", subraya el especialista.

Las fábricas de la multinacional en España lograron desde 2010 reducir un 86% la generación de residuos a vertedero y el plazo marcado para llegar al 100% es 2020. Pero cinco de ellas consiguieron adelantarse: las plantas embotelladoras de Viladrau (Girona) y Herrera del Duque (Badajoz), la factoría de café tostado de Reus (Tarragona), la de café soluble y bebidas en cápsulas monodosis de Girona y la de salsas de tomate de Miajadas (Cáceres).

La planta de Pontecesures (Pontevedra), dedicada a la leche condensada y una de las más veteranas del grupo, está cerca de cruzar la meta. En estos momentos valoriza el 98% de los residuos generados, según Nestlé, y se trabaja para que consiga el objetivo de "cero residuos" durante el primer trimestre de 2019. "Este buen dato no sería posible sin el alto nivel de colaboración y concienciación del personal, artífice de una correcta segregación de residuos en origen, y del trabajo conjunto con gestores de primer nivel, comprometidos con la sostenibilidad ambiental y alineados con nuestro compromiso", alaba Ruiz.