La caída del 40% en los bonus eléctricos que repartió el Gobierno para moderar el recibo de la luz de la industria electrointensiva en la última subasta de interrumpibilidad tiene efectos directos en el tejido industrial de A Coruña. Además de agravar la situación en Alcoa (que sigue adelante con su despido colectivo para 369 trabajadores de la fábrica de A Grela y otros 317 en Asturias), los malos resultados de la pujan abren una nueva crisis laboral: Ferroatlántica ha comunicado a sus 200 trabajadores de la planta de Sabón, en Arteixo, que a partir del próximo año parará dos de sus tres hornos, con lo que la capacidad de producción se verá reducida un 66,6%, para lo que prepara un expediente de regulación de empleo (ERE). La plantilla de Cee-Dumbría, en A Costa da Morte, unos 400 empleados, también teme una oleada de despidos.

Fuentes oficiales de la multinacional de ferroaleaciones y silicio metal en Galicia rechazaron ayer, a preguntas de este diario, confirmar o desmentir sus planes para el próximo año y se negaron a facilitar información sobre el futuro de la plantilla. La situación del cuadro de personal es de incertidumbre. "Nos reunieron después de la subasta para decirnos que van a aplicar un ERE y que se pararán dos de los tres hornos para el año que viene, pero no sabemos nada más", explica Francisco Blanco, portavoz de la plantilla de Sabón. Las fechas, la duración y el número de trabajadores afectados, son todavía incógnitas para el personal, toda vez que no ha sido presentado aún ningún expediente de forma oficial. "Hasta que se tramite el ERE no podemos negociar nada", lamenta Blanco.

Ferroatlántica, integrada en el grupo Ferroglobe, tiene 122 trabajadores en plantilla en la fábrica de Sabón, un cuadro de personal que se aproxima a las 200 personas al sumar los operarios de empresas auxiliares que si bien no entrarían en el ERE se verán afectados por los despidos si se reduce la producción como la empresa ha trasladado a sus trabajadores.

El presidente del comité de empresa de Ferroatlántica en Sabón, Alberto Ferreiro, mostró ayer su preocupación por el futuro del empleo y recordó que en 2009 la empresa ya paró dos de los tres hornos y planteó un ERE temporal. En este momento, Ferroatlántica en Sabón mantiene parado un horno, pero con lo obtenido en la última puja (cuatro bloques de cinco megavatios para el primer semestre de 2019), el presidente del comité da por hecho que en las próximas semanas tendrá que detener la actividad en otro. El representante de los trabajadores lamenta que no disponen de ninguna información oficial por parte de la compañía, y carga contra los precios de la energía en España, que lastran a la gran industria. Asimismo, Ferreiro se refirió al decreto recientemente aprobado por el Gobierno, para constatar que las medidas que se deriven del mismo se pospondrán en un periodo de seis meses.