Galicia forma parte del grupo de comunidades con nivel competitivo medio-bajo, "habiendo mostrado un crecimiento moderado en el último año", asegura el Informe Anual de la Competitividad Regional en España 2018.

El estudio, presentado recientemente por el Consejo General de Economistas de España, analiza la evolución anual del Índice de Competitividad Regional (Icreg) de cada autonomía.

El Icreg se obtiene a partir de 53 variables o indicadores que se agrupan en 7 grandes ejes competitivos: entorno económico, mercado de trabajo, capital humano, entorno institucional, infraestructuras básicas, entorno empresarial e innovación. En cuanto a Galicia, el informe sostiene que su comportamiento respecto a los siete ejes analizados resulta "muy dispar". Así, la comunidad gallega experimenta un "fuerte dinamismo" en el ámbito del entorno económico (eje 1), mientras que en capital humano (eje 3) "crece de forma moderada".

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También refleja que el mercado de trabajo (eje 2) y el entorno empresarial (eje 6) "mejoran", pero "lo hacen por debajo del promedio". Es en el terreno de las infraestructuras básicas (eje 5) y en innovación (eje 7) donde Galicia "empeora de forma aguda", mientras que en el campo del entorno institucional (eje 4) "cae débilmente".

Las variables con mayor contribución positiva son: tasa de paro (eje 2), esperanza de vida (eje 3), déficit público, esfuerzo fiscal (eje 4), stock de capital (eje 5) y tamaño de las empresas y peso de la industria manufacturera (eje 6).

Las contribuciones más negativas se obtienen en: delitos y desigualdad (eje 4), tráfico de mercancías e inversión en protección ambiental (eje 5), dinamismo emprendedor y variación de la productividad (eje 6) y empresas con sitio web (eje 7).

La comunidad gallega figura en el décimo puesto, tramo nivel medio-bajo, junto a Castilla y León (7), Asturias (8), Cantabria (9), Valencia (11) y Murcia (12).

Madrid, País Vasco y Navarra son las comunidades más competitivas, en este mismo orden, al ocupar los primeros lugares del ranking e integrar el grupo de competitividad relativa alta.

En los estratos intermedios, Cataluña, Aragón, y La Rioja se sitúan en el grupo de competitividad relativa media alta.

Extremadura, Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha e Islas Baleares obtienen los menores valores del Icreg, se corresponden con las autonomías menos competitivas y forman el grupo de competitividad relativa baja.

La ordenación de las comunidades autónomas y la composición de los grupos permanecen "casi inalteradas" respecto a 2016.

Únicamente, Islas Baleares desciende un nivel competitivo (medio-bajo a bajo). El motivo, según el informe, es que todas las comunidades, salvo el archipiélago balear, "experimentan mejorías, de mayor o menor magnitud, en sus bases competitivas, lo que tiene su reflejo en la competitividad global de España e incide positivamente en los niveles de renta y bienestar".

En este sentido, el estudio remarca que la clasificación de las comunidades según su dinamismo (fuerte, moderado o débil), se establece en términos relativos al promedio y, por tanto, más allá de la clasificación, 16 de las 17 comunidades muestran incrementos de su Icreg.

El Informe anual de la competitividad regional en España tiene como objetivo principal evaluar su evolución en las Comunidades Autónomas e identificar qué factores son causa de la brecha existente entre las comunidades.

A nivel mundial, España ocupa la 34ª posición competitiva según el Informe sobre la Competitividad Global 2017-2018 del World Economic Forum (WEF), lo que supone retroceder dos puestos respecto a la edición anterior en un contexto de crecimiento económico.

El estudio señala que "unas comunidades han mejorado en unos ejes competitivos más que en otros, incluso en algunas se han deteriorado algunos aspectos que son claves para la competitividad". Esto explica que "la capacidad de ganar en competitividad haya sido más pronunciada en unas regiones frente a otras, al igual que no todas las comunidades autónomas han superado la reciente crisis por igual ni salen con la misma fuerza, si valoramos el comportamiento de sus ejes competitivos".

El estudio del Consejo General de Economistas de España deja claro que las comunidades avanzan a distintas velocidades y subraya la necesidad de ponerse a punto para afrontar una situación económica que "presenta amenazas". En este sentido, enumera las derivadas de la escalada de precios de las materias primas, la normalización de la política monetaria europea, las medidas proteccionistas para el comercio internacional, los términos finales de la resolución del Brexit, y otras de orden social como la crisis migratoria, los niveles de pobreza o el medio ambiente.