El maltrecho tejido industrial de la comarca de A Coruña -el sector aporta solo el 9,5% del PIB, frente al 83% de los servicios- afronta el nuevo año en riesgo de sufrir una nueva merma, ante las crisis de Alcoa, Isowat Made (Invertaresa) y Ferroatlántica. Los 400 empleados directos de las fábricas gallegas de ferroaleaciones del grupo de Villar Mir, en Sabón (Arteixo) y Cee-Dumbría (A Costa da Morte), están a la espera de conocer el ajuste de personal que les anticipó la empresa tras el mal resultado en la subasta de interrumpibilidad, en la que el Gobierno recortó un 40% las primas energéticas a la industria electrointensiva. La plantilla de Ferroatlántica en A Costa da Morte salió ayer a la calle en protesta por lo que considera un "boicot" de Villar Mir a su factoría para "justificar" el cierre y deslocalizar la producción fuera de Galicia.

Los trabajadores de ferroaleaciones se concentraron a primera hora de la mañana en el puerto de Brens, en Cee, convocados por la CIG para expresar su malestar por el "desmantelamiento" de la factoría. La central sindical considera que la compañía está llevando a cabo un "sabotaje" de su propia fábrica para "justificar" su cierre. La plantilla protesta contra la decisión de paralizar los hornos 13 y 14 desde el inicio de este año, la amenaza de un expediente de regulación de empleo (ERE) y el desvío de producción otra fábrica de la empresa en Francia.

Por su parte, los empleados de la planta de producción de silicio de Sabón siguen a la espera de conocer la reducción de carga de trabajo y el posible ajuste de personal para los próximos meses, después de que la empresa les anunciara en diciembre que prevé paralizar este año dos de sus tres hornos, reduciendo su capacidad de producción al 33%. Por el momento, funcionan dos hornos y los trabajadores siguen sin novedades. "No nos han dado ninguna información y nosotros tampoco vamos a preguntar por un posible ERE", explica el portavoz de comité de empresa de Ferroatlántica en Sabón, Francisco Blanco, quien añade que la plantilla descarta realizar movilizaciones como sus compañeros de Cee. "Aquí hasta que presente el ERE seguiremos con tranquilidad", remacha López.

El representante de la sección sindical de la CIG en la fábrica de Cee, Xabier Santos, denunció ayer que el traslado de producción a Francia es un movimiento para "sabotear" el centro de Brens con la meta de preparar el terreno para "justificar causas objetivas" de cara al cierre definitivo de la factoría.

En julio de 2017, la Xunta denegó la solicitud de Ferroatlántica para segregar las actividades industriales y energéticas con la que Villar Mir pretendía vender las centrales hidroeléctricas que explota en la Costa da Morte, de los ríos Xallas y Grande. Año y medio después, la CIG cree que la compañía integrada en la multinacional Ferroglobe pretende "boicotear" las plantas con el traslado de su actividad a otros puntos. "Es un auténtico boicot, un sabotaje. Lo que pretenden es paralizar. Cerrar la fábrica de Brens es un objetivo que tienen ahí y Villar Mir no cesa en su empeño", remarcó Xabier Santos.

En este sentido, Carril ha destacado que la paralización de los hornos "supone un nuevo intento por parte de Ferroatlántica para deslocalizar la producción" y está dando lugar, de facto, a "un recorte del cuadro de personal antes de que haya siquiera un ERE", ya que supone el cese de actividad de los trabajadores auxiliares y el despido de los eventuales.

La central sindical solicitó formalmente una reunión con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el conselleiro de Economía, Francisco Conde; para reclamar al Gobierno gallego que "actúe de forma inmediata".

El BNG expresó su "solidaridad" con los trabajadores de la factoría y censuró la "deslocalización encubierta" de Ferroatlántica sin que exista "ningún tipo de justificación objetiva". "Si se incumple lo que dice esa concesión será el momento de sentarse y exigirle que lo haga y que, si no, anunciar la reversión de esas concesiones", reclamó ayer la portavoz de Industria del Bloque, Noa Presas.