Además del fin de las primas que recibían las renovables a mayores del precio en mercado por la venta de su producción por la importante contribución que realizan a la lucha contra el cambio climático y para compensar el hasta hace poco altísimo coste de sus tecnologías, el otro principal factor que paró en seco el desarrollo de la fuentes limpias en la generación de electricidad en España fue la falta de financiación tras el estallido de la crisis. Son proyectos con una ratio de endeudamiento muy elevado. Y eso que en los últimos años el precio de las turbinas, cada vez más potentes y más preparadas para las inclemencias del tiempo, se ha abaratado mucho. Los 68 megavatios de los dos parques encendidos por EDP en Galicia a finales de noviembre costaron 70 millones de euros.

Por eso la reactivación del sector tras las subastas renovables es también el despertar de la financiación al sector, que mezcla crédito convencional con las entidades financieras y fórmulas alternativas. Es el caso de Greenalia. La gran sorpresa del sector energético en los últimos dos años, con las obras ya en marcha de su megacentral de biomasa en Curtis, tira de una emisión de deuda de 21,8 millones de euros que se completará en la segunda mitad de este mes en el mercado MTF de renta fija de Luxemburgo. Un bono enfocado a inversores institucionales que aportará los recursos necesarios para llevar a cabo el proyecto Eolo I con la construcción de 184 MW de eólica.

Endesa, que levantará en Galicia tres de sus 15 nuevos parques, ha recibido del Banco Europeo de Inversiones (BEI) un Préstamo Verde de 335 millones de euros, un tipo de crédito reservado para proyectos renovables. Lo mismo que Norvento, que acaba de obtener del BEI otros 40 millones para desarrollar sus 100,35 MW de potencia. La energética con sede en Lugo cuenta además con un acuerdo con el Sabadell para financiar seis parques.