Los 700 trabajadores de Alcoa amenazados por el cierre de las plantas de A Coruña y Avilés (Asturias) salieron ayer a la calle, una vez más, para urgir la intervención del Gobierno. No lo hicieron solos: alrededor de 2.000 personas se unieron a la marcha reivindicativa que partió de la fábrica de San Balandrán y concluyó pasado el mediodía en la Plaza de España de Avilés. La protesta se traslada hoy a A Coruña, con una manifestación convocada para las 12 de la mañana en A Palloza, en dirección a la Delegación del Gobierno.

La marcha comenzó alrededor de las once de la mañana en la puerta de la fábrica avilesina con la quema de palés y monigotes con la cara, entre otros altos cargos de Alcoa, del presidente de la multinacional en España, Rubén Bartolomé. A él fueron algunos cánticos reivindicativos: "Bartolo dimisión, si no irás al paredón".

El presidente del comité de empresa de Alcoa en A Coruña, Juan Carlos López Corbacho. coincidió con su homólogo avilesino en que la solución al conflicto pasa por el Gobierno. "Alcoa ha dicho su última palabra y el Gobierno debe gestionar el problema y buscar una salida. Si esto no sucede hay responsabilidades muy claras: si Alcoa consigue lo que pretende desde el 17 de octubre [el cierre de las factorías] espero que la ministra [Reyes Maroto, de Industria] tenga la dignidad de dimitir", advirtió Corbacho. De Galicia acudieron ayer a Avilés más de un centenar de personas en dos autobuses y coches particulares.

El presidente de Avilés, José Manuel Gómez de la Uz, exigió al Ministerio "una garantía industrial". "Esto no lo puede pilotar Alcoa. Queremos la fábrica entera, no a cachos", sentenció en respuesta a la propuesta de la multinacional de dejar operativas las fundiciones, mantener 200 puestos de trabajo y abrir un periodo de venta hasta junio. El martes concluye el periodo de consultas del ERE de extinción. Están en juego unos 2.000 puestos de trabajo, contando a las empresas auxiliares.

El diputado de Izquierda Unida (IU) Gaspar Llamazares acudió a San Balandrán para mostrar su respaldo a los trabajadores. Pidió "compromiso a los gobiernos central y autonómico" y les instó a que realicen las acciones necesarias para garantizar que estas dos factorías sigan abiertas y se mantenga el empleo. El vicepresidente primero del Congreso de los Diputados, Ignacio Prendes, de Ciudadanos, subrayó que se está "en unos momentos muy críticos porque el tiempo se agota y es necesario mantener la integridad de las plantas, no se pueden trocear porque eso sería decretar el cierre a medio plazo". Por su parte, la portavoz de Podemos Asturias, Nuria Rodríguez, insistió en que la solución a este conflicto pasa por la intervención pública para recuperar un sector que considera que es estratégico como es el aluminio, "que es más que rentable".

El secretario general de UGT-FICA de Asturias, Jenaro Martínez, manifestó entre tanto en Avilés que "urge que el Gobierno redoble la presión para buscar una solución garantista al futuro del conjunto de trabajadores de Alcoa y el Gobierno no debe descartar ninguna intervención". El secretario general de CCOO de Industria, Damián Manzano, exigió por su parte al Gobierno que eche toda la carne en el asador porque "Alcoa se está riendo absolutamente de todo el mundo y todas las herramientas están encima de la mesa para parar los despidos".

A lo largo del camino se fueron sumando decenas de personas que engordaron los cánticos reivindicativos: "Guerra, guerra, guerra Alcoa no se cierra", "Alcoa se salva luchando", "Alcoa pa'casa, que vuelva Endasa", "Si no hay solución, Maroto dimisión".

La Ministra de Industria, Comercio y Turismo, entre tanto, manifestó en tierras castellanas, casi al tiempo que se desarrollaba la marcha en Avilés, su optimismo después de que Alcoa haya decidido "desbloquear" la situación y "sentarse a negociar". "Hemos abierto una nueva línea de negociación con la empresa, trabajando día a día de forma discreta y ahora esperamos que esta línea nos lleve a una solución, aunque necesitamos la colaboración de todas las partes", dijo, e insistió en que el compromiso del Gobierno con la reindustrialización es "claro".

La lucha contra el cierre de las alumineras continuará hoy, domingo, con una marcha por las calles de A Coruña y el lunes, 14 de enero, se retomarán las negaciones para el ERE, 24 horas antes de que posiblemente empieza a aplicarse con los primeros despidos. Entonces volverán a encogerse las entrañas de muchas familias. "Estos meses los hemos pasado sin dormir. Últimamente es como si no tuviera marido, siempre está al teléfono. La sensación es de desesperanza. Fuimos a Madrid y no han movido nada", lamentaba ayer Pilar Cantarero, de 45 años, esposa de Pedro Cuesta, del comité de empresa avilesino.

La multinacional se apuró a aclarar que "Alcoa ha cumplido con todos los compromisos contraídos con la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales)". Una portavoz de la aluminera subrayó que Alcoa ha estado siempre abierta a la venta de las plantas. Sin embargo, puntualizó, "no se ha presentado ninguna oferta en los últimos meses y el Gobierno tampoco nos ha informado de que haya ninguna oferta específica". "Alcoa continua con el firme compromiso de trabajar en la mesa de negociación presentando propuestas para alcanzar el mejor resultado posible para todas las partes", señaló.

Ayer, en Avilés, la sociedad exigió que se pase de las palabras a los hechos. Alcoa representa en buena medida el corazón industrial de la comarcas de A Coruña y Avilés. La media edad de los trabajadores que ven peligrar su pan es de 39 años.