La Xunta de Galicia se resiste a asumir un cambio de modelo energético que la eléctrica Naturgy entiende como irreversible dentro de la actual política impulsada por la UE y el Gobierno de España. Ayer fue el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien arremetió contra la compañía por solicitar el cierre de la central térmica de carbón en Meirama.

La clausura de su planta más contaminante en 2020 y su sustitución por un parque eólico y un centro avanzado de gas renovable de 80 millones de euros constituyen, según Naturgy, un ejemplo de conversión a las energías limpias. "La apuesta por las renovables, la reducción de las emisiones y la electrificación de la economía marcan ya nuestro presente y nuestro futuro", sostiene la compañía.

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, no lo ve así. "Ni el Gobierno propone un modelo de transición energética ordenado ni hay un compromiso de la empresa con Galicia", declaró.

La empresa presidida por Francisco Reynés argumenta todo lo contrario y asegura que su compromiso con la comunidad gallega va más allá de las palabras y se expresa en una cifra: 800 millones de euros durante los próximos cuatro años, hasta 2022.

De estos, 400 millones se corresponden a inversiones en el ámbito eléctrico (suministro, ampliaciones, digitalización, Big Data, etc.); 200 millones irán directamente a la generación de energías renovables y los otros 200 millones a todas las actividades asociadas a gas natural.

Naturgy cuenta en Galicia con una potencia eólica instalada de 304,6 MW, con 13 parques eólicos en operación, y una producción anual de 581 GWh en 2017.

En el marco de la subasta de 2017, su filial de Renovables formalizó la nominación para un total de siete parques eólicos en Galicia, con una potencia total de 233 MW, que se encuentran ubicados en diez municipios de las provincias de A Coruña y Lugo: Laxe, Cabana de Bergantiños, Vimianzo, Zas, Castroverde, Pol, A Pastoriza, Baleira, Baralla, Lugo y Guntín.

La construcción de estos parques, más el comprometido ahora en Meirama, supondrá, según la empresa, la creación de 500 empleos. Los parques asignados deberán funcionar el 1 de enero de 2020, aunque la compañía cuenta con otros 250 MW en cartera.

El cierre de Meirama también dio lugar ayer a un rifirrafe entre el presidente de la Xunta y el Delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada. "El Gobierno autonómico tiene que ponerse las pilas, pedir explicaciones, tomar unas decisiones de política industrial y exigirle a la empresa que invierta para adecuarse a la normativa europea de emisiones y poner toda su fuerza política en el asador, que gobernar es eso, asumir sus competencias", comentó Losada.

"Supongo que al delegado del Gobierno no le pasaron la documentación correcta y desde el Ministerio le hicieron una mala jugada; evitar el cierre le corresponde a la empresa y al Gobierno central", contestó Núñez Feijóo.