El preacuerdo entre Alcoa y los comités de empresa de A Coruña y Avilés ha generado resquemor en la única factoría de la multinacional en España que se salva de la crisis. El de San Cibrao no reconoce el pacto (aún pendiente de ratificación por parte de los trabajadores): "No se nos ha tenido en cuenta", señalan desde la fábrica de Lugo. Y es que ese preacuerdo incluye recolocaciones y salidas incentivadas para acoger a un centenar de trabajadores de A Coruña y Avilés. En San Cibrao no se oponen a asumir a esos compañeros, pero no aceptan salidas y dicen sentirse engañados por la compañía: "El director de San Cibrao y presidente de Alcoa España nos aseguró que el ERE en A Coruña y Avilés no nos iba a afectar para nada, pero entendemos que esto no es así", protestó Xosé Paleo, presidente del comité lucense. "Hay malestar porque entendemos que San Cibrao tenía que haber estado representada en la mesa en la que se firmó el preacuerdo. Se habla de nosotros sin tener en cuenta que hay un comité de empresa constituido. Al no estar en esa mesa de negociación, no podemos debatir sobre lo que ahí se dice y proponer cambios", señaló José Manuel Peña, delegado sindical por la CIG (Confederación Intersindical Galega).

El preacuerdo sobre el despido colectivo en Alcoa incluye un anexo con las condiciones que se ofrecerán en el complejo lucense de San Cibrao, donde se plantean hasta 106 recolocaciones. Están vinculadas a un plan de bajas incentivadas en las plantas de alúmina y de aluminio condicionado a que lo acepte el comité.

El plan pasa porque se puedan adherir los trabajadores que tengan a partir de 57 años, con un complemento que, sumado a la prestación por desempleo, alcance el 74% del salario bruto anual hasta los 64 años (los que tienen entre 57 y 59) y del 78% hasta los 65 años (los que tienen entre 60 y 65).

Estas bajas incentivadas generarían vacantes para empleados de A Coruña y Avilés que se distribuirían a partes iguales entre las dos plantas, unos cincuenta en cada una. "No hay ningún inconveniente en que vengan trabajadores aquí, pero no a cambio de deshacerse de la gente que está ahora en la fábrica trabajando, sobre todo el personal joven. Son de la zona y no estamos en disposición de perder esa oportunidad para esa gente", afirmó el presentante de la CIG.

"Primero se tiene que votar"

"En todo caso, primero se tiene que votar el preacuerdo y si sale adelante lo normal es que el plan de recolocaciones de aquí se trate en asamblea. Implicaría que en diez años no entraría nadie a trabajar en la fábrica", añadió José Manuel Peña. La CIG es la única sección sindical que no suscribió el preacuerdo de Alcoa y de principio a fin se negó a negociar el cierre de las fábricas.