Los peligros para la economía de la zona euro han evolucionado de manera negativa, según señaló ayer el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, quien reconoció que los datos más recientes siguen siendo más débiles de lo esperado, confirmando que los riesgos para las perspectivas de la Eurozona "se han desplazado a la baja", lo que aleja la perspectiva de una subida de los tipos de interés en 2019. "Los riesgos para las perspectivas de crecimiento de la Eurozona se han desplazado a la baja ante la persistencia de incertidumbres relacionadas con factores geopolíticos y la amenaza del proteccionismo, así como vulnerabilidades en los mercados emergentes y volatilidad en los mercados financieros", resumió el banquero italiano en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, que mantuvo sin cambios su política monetaria.

En este sentido, Draghi indicó que los consejeros del BCE fueron unánimes en su diagnóstico sobre la mayor debilidad de la economía de la zona euro y en el cambio en el equilibrio de riesgos para el crecimiento, lo que subraya la necesidad de que mantener un "significativo estímulo de política monetaria" que apoye la evolución de la inflación en el medio plazo. Los tipos de interés se mantendrán en esos niveles "hasta al menos durante el verano de 2019"; el 0% para sus operaciones de refinanciación, mientras que la tasa de la facilidad de depósito continuará en el -0,40%, y la de la facilidad de préstamo en el 0,25%.

Por otra parte, la institución reclamó también ayer al BBVA a que esclarezca con la mayor celeridad posible la relación que tuvo el banco bajo la presidencia de Francisco González con la firma de detectives del excomisario José Manuel Villarejo, señalando que hay que esperar a conocer las conclusiones de la investigación interna de la entidad y del informe forensic encargado a la consultora PWC. "El tiempo es esencial", apostilló el vicepresidente del eurobanco, el exministro español Luis de Guindos.