En la declaración formal del concurso solicitado por la dirección de Pili Carrera el 14 de septiembre del pasado año, la juez del Mercantil Número 2 de Pontevedra, Nuria Fachal, ya subrayó que el "elevado número de trabajadores" era "un indicador de su potencial complejidad". Con unos 200 efectivos entre la sede central de Mos y la red de tiendas, la histórica firma de moda infantil intentó meses antes, en marzo, llevar adelante un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal para la plantilla de fábrica y administración. Estaban previstas dos rondas de ajuste en marzo y septiembre en la que los afectados rotarían con un máximo de 45 días cada uno. Había una situación "puntual" de falta de liquidez, según la empresa, que una semana después anunció por sorpresa que daba marcha atrás. Pili Carrera estaba dispuesta a estudiar "otras alternativas" de ajuste "sin afectar a la plantilla" ante "la baja aceptación de la medida".

Pero el problema de fondo venía del exceso de producción en comparación con la cuota de mercado de la firma, en números rojos desde 2016. Por eso rescató del cajón el ERE, esta vez con carácter extintivo para 39 trabajadores, y el plan de viabilidad recoge un adelgazamiento del 30% en su capacidad. Una vez aprobado el ERE y con el visto bueno de la mayoría de acreedores a la propuesta de convenio, Pili Carrera ha solicitado la salida del concurso.

La deuda del histórico grupo textil asciende a 5,123 millones de euros, básicamente en manos de bancos. Alrededor del 60% de los acreedores acepta el cobro en siete años, con los dos primeros de carencia, asegura Fernando Moreno, abogado de la empresa. El resto se adhiere a la otra opción: una quita del 50% y el abono en cuatro años. No es posible de momento concretar el reparto definitivo de los deudores entre ambas vías porque falta, según Moreno, conocer la posición de algunos acreedores privilegiados, como la Agencia Tributaria y la Seguridad Social, aunque todo apunta a que respaldarán la primera de las posibilidades. La lista de los acreedores con la deuda individualizada y su posición respecto al plan de pagos está ya en manos de la juez encargada del concurso, como también confirman fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), y ahora queda pendiente de aprobación, una vez que se compruebe que efectivamente hay mayoría en el aval de los acreedores.

La tramitación del ERE todavía está en fase inicial. La empresa, el administrador concursal y el comité firmaron el acuerdo el pasado miércoles tras el respaldo de la plantilla con 60 votos a favor y 28 en contra.