Los trabajadores de la fábrica de aluminio de A Coruña realizaron ayer su primera movilización después de firmar el ERE (expediente de regulación de empleo) con Alcoa. Lo hicieron para urgir al Gobierno a regular, "cuanto antes", el marco energético de la gran industria. El comité de empresa, presidido por Juan Carlos López Corbacho, considera que para encontrar un comprador para la planta antes del 1 de julio es crucial que el llamado Estatuto del Consumidor Electrointensivo complete su tramitación con celeridad, para que las compañías que como Alcoa utilizan mucha energía para producir "tengan un precio razonable y comparable al de otros países europeos", señaló Corbacho.

La protesta comenzó a las seis de la tarde ante la Delegación del Gobierno, donde tres centenares de personas se concentraron e hicieron frente a la lluvia con paraguas naranjas con el lema Alcoa, peche non! Varias decenas de trabajadores cortaron cuatro carriles de circulación durante una hora, parapetados tras una pancarta con el mensaje Peche non. Alcoa. Enerxía, solución y entre bengalas, petardos y botes de humo.

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Concentración de trabajadores de Alcoa en A Coruña

Los participantes en la concentración, menos multitudinaria que las anteriores convocatorias, corearon consignas contra la multinacional estadounidense -" Fóra ianquis, pandilla de mangantes"- y retando al Gobierno: " Se non hai solución, Maroto dimisión", en referencia a la ministra de Industria, o "Échale huevos, Pedrito, échale huevos", hacia el presidente.

Incidentes con la Policía

Agentes de a Policía Nacional identificaron a varios participantes en la protesta y recriminaron al comité de empresa que el ruido de los petardos (los mismos usados en manifestaciones anteriores) superaba los decibelios permitidos. "Vemos que hay un cambio de actitud por parte de la Policía. No sabemos si son órdenes del Gobierno", lamentó López Corbacho.

El representante de la plantilla aluminera considera que desde el acuerdo del ERE ha habido "un traspaso de responsabilidad" al Ejecutivo central y a la Xunta en la crisis de Alcoa: "El Gobierno tiene la pelota en su tejado y le toca resolver este problema". Además de regular el marco energético para la industria, Corbacho urge al ministerio a "trabajar" para buscar un inversor para las plantas de A Coruña y de Avilés. La fecha límite acordada para la venta (de ambas o de alguna de ellas) es el 1 de julio. Si no se logra, Alcoa mantendrá solo las fundiciones con un 30% de los empleados. Los demás serían recolocados, prejubilados o despedidos.