El año del gran estirón de Abanca con la compra de la red en Portugal del Deutsche Bank y de Banco Caixa Geral, filial en España de la lusa Caixa Geral de Depósitos, es también el ejercicio de las mayores ganancias desde que la entidad salió del paraguas de la nacionalización tras la fatídica fusión de las cajas y Banesco reinventó el negocio con un giro de 180 grados que lo colocó entre los más rentables de todo el sector financiero. El beneficio creció en 2018 algo más de un 17%, hasta los 430,4 millones de euros, gracias al buen comportamiento de la actividad puramente bancaria y por el suculento pellizco de la venta del 23,8% que controlaba en Itínere, la concesionaria de la AP-9. La operación dejó alrededor de 300 millones de euros en el bolsillo de Abanca y las plusvalías -la diferencia entre costó la participación en su momento y el montante de la desinversión ahora- engordan el resultado de operaciones financieras casi un 43% (288,9 millones de euros). "Son unos excelentes resultados", valora el presidente, Juan Carlos Escotet, que destaca la buena marcha de los ingresos recurrentes como "pilar de rentabilidad" y "la sostenibilidad a futuro".

En un escenario de muchas dificultades en la banca para exprimir el negocio por los bajos tipos de interés, el ROTE, principal indicador de rentabilidad, alcanza el 11,4% frente al 10,3% en el que cerró en diciembre de 2017 y al 6,9% que ronda en el conjunto del sector. El volumen de negocio se dispara hasta los 82.700 millones de euros con la aportación de las entidades adquiridas y el objetivo es superar los 90.000 millones en 2020.

El crédito alcanza los 30.162 millones, un 5,2% más. Crece un 11% en el caso de hipotecas para primera vivienda, un 15% en préstamos al consumo y un 87% (950 millones) la financiación a pymes y autónomos. Tasas, según Escotet, "claramente superiores a las del mercado" en medio de una competencia "mucho más agresiva". El objetivo de la entidad es mantener "la oferta más competitiva del sector" en hipotecas, asegura el consejero delegado, Francisco Botas, ante el cambio de reglas de la ley hipotecaria en tramitación que definitivamente traslada a la banca los costes de formalización. Botas evita concretar si subirán los precios, aunque recuerda que las decisiones de costes "son vasos comunicantes" con los productos.

La morosidad sigue en caída libre. Tras reducir un 29% el saldo de dudosos (1.094 millones), se sitúa en solo el 3,6%.

Entre los recursos de la clientela, además del 6% de alza en los depósitos, Abanca se agarra con fuerza al espectacular avance del negocio asegurador. Con 81.300 nuevos clientes, las primas aumentan un 5,2%, hasta los 53,2 millones de euros. Y en este caso la rentabilidad llega al 20%. "Es uno de nuestro pilares estratégicos", subraya Botas. Para aprovechar "mucho más" el tirón, Abanca busca un socio en bancaseguros. "Estamos en la fase final del proceso de evaluación de opciones -confirma Escotet-, pero aún no tenemos la decisión tomada".

Sí parece más seguro que Abanca de momento no protagonizará ninguna operación corporativa más. "Más adelante se podrá ver", asegura Escotet. La entidad está "concentrada y focalizada" en la integración a lo largo de este 2019 de sus últimas dos compras. Pese a que admite que puede haber "algún solapamiento" con la red de Banco Caixa Geral en Galicia, el presidente descarta medidas traumáticas -son unos 850 empleados- y apuesta por "el mayor respeto y armonía laboral posible".