El boom exportador de Galicia tiene en el textil (Inditex) y la automoción (PSA-Citroën) sus principales pilares pero se sustenta también en las cuentas de resultados de miles de pequeñas y medianas empresas gallegas que ven en el mercado exterior una oportunidad de expansión. Es el caso de la conservera coruñesa Cerdeimar, presente en una veintena de países.

Esta compañía con base en Camariñas es un ejemplo de la vocación de la empresa gallega por traspasar fronteras. Comenzó a exportar a Francia a principios del siglo pasado y actualmente la mitad de su facturación, de 20 millones de euros anuales, procede del mercado exterior, principalmente Italia, Norte de África, Estados Unidos y Francia. "La conserva es en sí un producto para exportar. Nunca se fabricó para consumir a nivel local", recuerda el responsable de exportación, Argyrios Mitsakos, de origen griego pero afincado en A Coruña.

Cerdeimar se creó en 1884 y comenzó trabajando la salazón del pescado en barriles. "Se hacía así para poder consumir el pescado a lo largo de todo el año y para trasladarlo a Castilla y a Madrid", explica el directivo. En unos años se transformó en compañía conservera y enseguida comenzó a llevar a otros países latas de pulpo, sardinas, berberechos, mejillones...

Después de dos ejercicios consecutivos de facturación estable en torno a los 20 millones de euros, Cerdeimar, con 120 empleados, se marca el objetivo de alcanzar los 30 millones en 2020. La firma piensa hacerlo, principalmente, a cuenta de la demanda del extranjero. Si a día de hoy las ventas se reparten a partes iguales entre el mercado interno y el exterior, el grupo aspira a que la balanza se incline hacia el lado de la exportación: "Tenemos que crecer en el mercado exterior hasta alcanzar los dos tercios de peso del total", marca Mitsakos como meta.

Crecer en el exterior

Para llegar al objetivo que se marca Cerdeimar de aumentar un 50% la facturación en los próximos dos años, antes tendrá que recuperar los niveles en los que estaba antes de la llegada de la crisis económica. Hace diez años, la empresa facturaba ya 25 millones de euros. Ahora está de remontada y centra sus expectativas de crecimiento en el mercado exterior. De cumplirse las previsiones, la exportación de Cerdeimar pasará de los 10 millones de euros anuales que representa en la actualidad al doble: 20 millones de euros, mientras que las ventas en el mercado español se mantendrían estables.

La empresa no recorre sola este camino. "Agradecemos la labor de la Cámara de Comercio y del Igape, que nos apoyan mucho con ferias y encuentros internacionales. Y también la Xunta y la Consellería do Mar", destaca Mitsakos.

El Galicia Calidade facilita la entrada de los pescados y mariscos gallegos en otros mercados, pero la labor de introducción de los productos en países foráneos pasa por dificultades burocráticas y culturales que Mitsakos conoce bien. "Vender a otros mercados requiere adaptación cultural, aprendizaje de idiomas y empatía. Por ejemplo, la ventresca que en España es una delicatessen, en el resto del mundo no tiene ninguna aceptación. En el norte de Europa, por ejemplo, prefieren el atún al natural y no en aceite como en España", ejemplifica el responsable de exportación del Grupo Cerdeimar.

El atún es, con diferencia, la conserva que más produce. Supone el 90% de la facturación total de Cerdeimar y es el producto que más exporta, junto con sardinas, caballa y ensaladas. Esta manufacturera coruñesa prepara formatos tanto para consumidores particulares como para hostelería.

Cerdeimar mira hacia nuevos mercados mientras se consolida en los que ya está presente; como Estados Unidos, adonde exporta desde 1972 cumpliendo los estrictos requisitos del país y buscando competitividad pese a sus duros aranceles (de hasta el 30% en conservas de pescado). Mitsakos explica que sus expectativas de crecimiento se centran en "mercados que están descubriendo la conserva, como China, Corea del Sur y Japón", que suponen "muchos millones de personas de mercado potencial" aunque "requieren más marketing".

A la espera de entrar en Asia, la firma avanza en otros países en los que ha descubierto gran demanda para sus productos. Es el caso de Libia. "Es el país que más atún nos demanda. Varios millones de euros al año. Son solo seis millones de habitantes y hay una situación social complicada, pero tienen un consumo altísimo. De los más altos del mundo. Es un cliente importante para nosotros", concluye.

A empresas como Cerdeimar está dirigida Exporpymes, la feria de exportación que organiza la Cámara de Comercio de A Coruña. El evento, que el pasado mes de noviembre, cumplió su quinta edición, duró solo una mañana de intensos contactos entre importadores y exportadores reunidos en Expocoruña, pero sus semillas germinan a lo largo del año en forma de nuevos contratos con importadores. Es el caso de Cerdeimar, que en anteriores ediciones de la feria ganó clientes de México, Rumanía y Estados Unidos. Del último encuentro, hace dos meses, surgió ya un cliente en Austria y una importante oportunidad de negocio en Nicaragua.

"Para hacer labor comercial es necesario un presupuesto enorme y Exporpymes nos facilita mucho esta tarea, porque en una mañana tenemos delante de nosotros, ya filtrada, a la gente interesada en nuestros productos", destaca el responsable de exportación del Grupo Cerdeimar. Esta conservera fue una de las 200 empresas gallegas que se entrevistaron con 70 importadores procedentes de 16 países en el recinto ferial. "Una gran ventaja es que lo tenemos al lado de casa", valora Mitsakos, quien señala que durante la mañana del evento contactó con una veintena de importadores.

A día de hoy esos contactos son posibilidades. La más probable, la del mayor distribuidor del sector en Nicaragua. "Estuvo en la feria y nos llamó al día siguiente para venir a ver la fábrica. Ahora estamos hablando con él de la posibilidad de exportar productos a su país", celebra el responsable de exportación de la conservera camariñán.