La de hoy será la undécima jornada de huelga indefinida de los taxistas madrileños por el conflicto con los VTC, una durísima protesta convertida en símbolo de la difícil convivencia entre ambos sectores. Como ya sucedió con Barcelona, la capital del país es el escaparate al que miran los dos sectores implicados para saber a qué atenerse. Por dónde podrían ir el resto de regulaciones autonómicas y, por tanto, el futuro de ambos. El enésimo enfrentamiento llegó tras la negativa del presidente de la Comunidad de Madrid a las nuevas medidas solicitadas por los taxistas para regular el negocio del alquiler de vehículos con conductor. Entre ellas está que el servicio de los VTC tenga que contratarse con una hora de antelación y que el recorrido mínimo sea de cinco kilómetros. En una rueda de prensa, Ángel Garrido cerró las puertas a la propuesta, "aún más radical", criticó. "Es un intento claro de eliminar la competencia", asegura.

Los taxistas contestaron con otra concentración en la Puerta del Sol. Allí estarán más de un centenar de profesionales gallegos del taxi, que se trasladan a la ciudad para ayudar a reforzar las protestas y advertir que no consentirán en Galicia, donde también está pendiente la elaboración de una normativa, la misma actitud que en Madrid.

No es la primera vez desde que estalló el enfrentamiento que taxistas gallegos acuden a la capital. Estuvieron el primer día en un gesto "espontáneo". Ahora es diferente. La Federación Gallega de Taxi lanzó una comunicación interna entre todas las organizaciones provinciales, a las que se sumarán también las diferentes asociaciones en las que se integra el colectivo en la comunidad. Esta pasada madrugada estaba previsto que se encontraran en la localidad de Benavente taxistas de Vigo, A Coruña, Santiago, Lugo y Ourense, "unidos para apoyar", apunta Daniel Matías Gómez, secretario de Elite Taxi Vigo.

"Evidentemente la situación en ciudades como Madrid o Barcelona respecto a estas plataformas de VTC es mucho más sangrante que en el resto, pero todavía no sabemos cómo respira aquí la Xunta", explica Daniel Matías. "Todos estamos muy expectantes de lo que ocurre allí -añade- y siempre es bueno el apoyo para lo que puede pasar el día de mañana".

Xunta y taxistas se vieron hace solo unos días para analizar la situación y de la reunión salió la promesa de intensificar el control sobre el negocio de los VTC. La inspección corresponde al Ejecutivo autonómico, que acaba de abrir dos expedientes, en colaboración con la Guardia Civil o las policías locales. De hecho, la de A Coruña remitió a la Xunta otras seis denuncias de supuestos conductores que recogieron en marcha a clientes. Algo prohibido. Más allá de regular el cartel identificativo, la Xunta de momento no ha sacado ninguna normativa propia para las VTC. Es responsabilidad de las autonomías desde el reciente real decreto del Ministerio de Fomento que traspasó las competencias. La Consellería de Infraestruturas e Mobilidade estudia a fondo el contenido, junto con la última jurisprudencia que hay para saber "qué margen real tiene para legislar en este asunto", según confirman fuentes del departamento dirigido por Ethel Vázquez, muy crítica con la decisión de Fomento de ceder la gestión. "Hay que analizar bien en detalle la capacidad normativa -continúan- porque no está claro y existen contradicciones". Los taxistas gallegos llegaron a pedir a la Xunta hasta tres horas de antelación para contratar VTC en Galicia. La legislación general, y en la que se mantiene todavía unidad de opinión, fija que, como mucho, puede haber una licencia de VTC por cada 30 de taxi. Solo Extremadura lo cumple, según los datos de Fomento a 3 de enero de este 2019. En Madrid se superan las 12. En Galicia son 2,3. El número de permisos de VTC se mantiene invariable desde el verano (276), a la espera de incluir los 50 derivados de una sentencia reciente.