Las 50 cubas que quedaban activas entre 128 en la serie 1 de electrólisis de la fábrica de aluminio de Alcoa en A Coruña han quedado paradas, tras los trabajos iniciados el lunes para enfriarlas de forma controlada. El proceso se desarrolló sin incidencias y según el calendario establecido, confirmó ayer el comité de empresa. De esta forma, la plantilla culminó con éxito la primera fase de la "parada ordenada" acordada en el ERE (expediente de regulación de empleo) con la multinacional. El apagado del corazón de Alcoa se completará la próxima semana con la serie 2, en la que quedan en funcionamiento 120 cubas electrolíticas de 144.

A partir de ese momento, la factoría de A Grela -al igual que la de Avilés, en Asturias- dejará de producir aluminio primario y mantendrá únicamente la actividad de las fundiciones, en las que se realizan aleaciones del metal. Esta labor solo servirá para mantener el empleo del 30% de la plantilla a partir del 1 de julio, fecha límite para lograr la venta de la planta y recuperar así la producción aluminera y mantener los empleos (cerca de 400 en A Coruña y unos 300 en Avilés).

El presidente del comité de empresa de la factoría, Juan Carlos López Corbacho, destacó que se realizan tareas para "dejar las cubas en buenas condiciones de arranque" y que su deseo es que puedan volver a funcionar cuanto antes de la mano de "un inversor que mantenga la producción de aluminio y active la planta al cien por cien". En este sentido, Corbacho trasladó a la ministra de Industria, Reyes Maroto, su "preocupación" por el interés de algunos posibles compradores, como fondos de inversión, y puso por delante que la venta se tiene que dar a un grupo "con solvencia suficiente a largo plazo".

El representante de la plantilla aluminera insiste en la "urgencia" de aprobar el Estatuto de la Industria Electrointensiva que tramita el Gobierno, actualmente sometido a consultas, para cerrar una venta. El decreto está llamado a aliviar la inestabilidad y alto coste de la energía que lastra la competitividad de la gran industria en España, una situación que incide directamente en las crisis de Alcoa y de Ferroatlántica. La multinacional de ferroaleaciones apunta directamente al alto precio de la electricidad como causa del ERE temporal que plantea para todas sus plantas en España, incluidas las de Sabón (Arteixo) y Cee-Dumbría (A Costa da Morte). El alcance del ajuste de personal, previsto para dos años, dependerá de la negociación y de la evolución del marco energético.