Airbus, el principal cliente de la industria aeronáutica gallega, anunció ayer que cancela la producción del avión comercial más grande del mundo, el A380. Delta Vigo, Utingal y la ourensana Coasa, las tres empresas gallegas que fabrican componentes y utillaje para el aeroplano, aspiran a suplir la carga de trabajo con una mayor cadencia de los siguientes modelos en tamaño: el A350 y el A330. "De confirmarse los pedidos de Emirates de estos modelos sería positivo, porque ahí la producción que tenemos asignada es mayor", explicaron fuentes del sector consultadas a este diario.

El grupo aeronáutico europeo anunció que dejará de fabricar el A380 a partir de 2021 después de que su principal cliente para este aparato, la aerolínea Emirates, haya decidido modificar una parte de sus encargos (pasó de 162 de estos aviones a 123) para sustituirlos por 40 unidades del A330-900 y 30 del A350-900. "No tenía buenas perspectivas comerciales, es algo que ya se esperaba", explica Jesús López, gerente de Utingal. La empresa situada en Tui había comenzado esta misma semana con la fabricación de utillaje destinado al proceso de fabricación de la aeronave. "Ya nos han anunciado que tenemos que parar", lamenta López.

El pedido de Utingal, logrado directamente con la multinacional aeronáutica, fue el último en sumarse al sector gallego para este modelo. Antes lo hicieron Coasa y Delta Vigo. El primero se hizo con un paquete en verano de 2015, cuando Airbus adjudicó piezas al grupo al que pertenece la firma, Aernnova (del País Vasco). La ourensana se encarga de crear las pieles -estructuras de fibra de carbono- de los alerones. Cada ala de este gigante de los cielos tiene tres alerones con dos pieles compuestas de una capa superior y de otra interior. Asimismo, Coasa encargó a Delta Vigo el mecanizado de estas piezas, es decir, los procesos de "recanteado" y el "contorno". Según informó en su momento Yago Fontán, gerente de Coasa, este pedido era "muy necesario" y suponía "un mensaje importante de confianza" en la firma. Pese a que todo apuntaba a que podría convertirse en un referente en Galicia, fuentes del sector señalan que "la baja demanda" desde su lanzamiento "hace que la carga de trabajo actual sea pequeña". Solo en el caso de las cuentas de Coasa, el modelo pasó de representar casi un 5% en facturación a poco más de un 1% en 2017. "Si ahora aumenta la carga de otros aviones como el A350, A330 o A320 al menos saldrá algo positivo", recalcan.

Airbus concibió el avión ya a finales del año 2000 con la idea de convertirlo en toda una revolución en el sector. El grupo europeo aspiraba a hacer frente a la saturación de los grandes aeropuertos con este modelo, pero se topó con una evolución del sector -a nivel de tecnología, gestión aérea y tendencias de mercado- que no anticipó hace dos décadas. Con una mayor capacidad que el 747 de Boeing (su principal competidor, que había superado el umbral simbólico de los 400 pasajeros), el A380 suponía romper el molde. Sin embargo, y tal y como reconoció ayer el consejero delegado de Airbus, Tom Enders, "era una decisión con riesgo". La compañía cifró entre 3.000 y 3.500 los empleos que pueden verse "potencialmente afectados" en los próximos tres años por la "dolorosa" cancelación del proyecto. En una carta remitida a los empleados y firmada por Enders, Airbus recalca que "no hay una base que sustente la producción del A380 a pesar de todos los esfuerzos de venta que la compañía ha realizado con otras aerolíneas". Aún así, desde la firma sacan pecho ante el "extraordinario logro industrial y de ingeniería" que supuso el desarrollo de este superjumbo.