El borrador de la ley de Cambio Climático y Transición Energética ponía fecha de caducidad a la movilidad con combustibles fósiles. Y contaminantes. A partir de 2040 quedaría prohibida la venta de coches de gasóleo y gasolina y en 2050 fuera de las carreteras. El calendario provocó una oleada de críticas desde casi todos en el sector de la automoción. El Ejecutivo se comprometió a hablar con todos, aunque con el aviso de que los países del entorno, a los que los fabricantes españoles venden la mayoría de su producción, prevén el veto en ese mismo horizonte temporal. La industria del motor es fundamental en la senda a un nuevo modelo energético. El transporte en Galicia es el responsable del 20% de los gases de efecto invernadero tras incrementarse más de un 58% las emisiones desde 1990. La crisis del diésel y la merma de la renta disponible está provocando que el impacto del parque automovilístico gallego en el medio se agrave. Durante el año pasado se matricularon, según datos de la Agencia Tributaria, 6.337 coches usados, un 29,7% más que el ejercicio anterior y la mayor cifra desde 2007, cuando fueron 7.836. Los automóviles de ocasión vendidos en Galicia lanzan una media de 150 gramos de CO2 por kilómetro, un 28% por encima de los nuevos.