El exconsejero de Bankia José Manuel Fernández Norniella ha defendido este lunes en la Audiencia Nacional las provisiones dispuestas por la entidad para cubrir deterioros, contra las cuales "ni el Banco de España ni Europa ni el Ministerio de Economía y Hacienda" jamás realizaron objeción alguna.

Durante su interrogatorio, el exsecretario de Estado de Comercio ha aseverado que, aunque las decisiones del banco las tomaban los administradores, todas eran "controladas y avaladas" por el regulador, que tenía "11 inspectores introducidos" en la entidad, lo que le proporcionaba "una garantía profunda" como consejero.

Ante la sección cuarta de la sala de lo Penal, Norniella, ha reiterado que "todo lo que se hacía y se hizo estaba controlado" por el organismo, que informaba "semestralmente" al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) de la actividad de Bankia.

Y es que el Banco de España "ejercía de sancionador y administrador", esto es, "no es alguien que pasase por ahí", ha explicado el exconsejero, para el que Anticorrupción pide tres años de prisión por estafa a inversores.

"No era posible tomar una decisión descabellada como usted insinúa", ha reprochado al jefe de esta Fiscalía especializada, Alejandro Luzón, que ha vuelto a sustituir a Carmen Launa al frente del Ministerio Público.

Respecto a su papel en Bankia, Norniella se ha desmarcado de la "estructura a alto nivel", puesto que sus funciones eran "de trinchera" y se limitaban a temas relacionados con "el funcionamiento y la logística".

No obstante, si bien ha matizado que no participó en la selección de las siete cajas que acudieron a la fusión fría ni en el plan de integración, ha afirmado que los respectivos consejos de administración, primero el de Caja Madrid y más tarde el de BFA, estuvieron al tanto de la situación.

También ha negado haber tenido contacto alguno con la auditoría de Deloitte, hasta el punto de que conoció a su socio auditor "hace unos días", y haber colaborado en la redacción del folleto informativo de la salida a Bolsa.

Con un discurso firme, Norniella ha afeado en varios ocasiones a Luzón por "simplificar tanto las cosas, como si en una sociedad con 20.000 personas y 10.500 departamentos, el consejo tuviese capacidad para saber quién hace los datos".

En este sentido, ha subrayado que Bankia siguió en todo momento una "escalera de responsabilidad" vigilada por los organismos públicos, tanto nacionales como europeos, un protocolo que también se dio en el caso de las provisiones.

Sobre éstas, ha explicado que se realizaron contra reservas porque así lo permitía la ley, y se ha referido al informe de PwC, que esperaba unos deterioros de 11.500 millones de euros en el peor escenario posible en los tres primeros años.

En su opinión, los más de 9.000 millones que provisionó la entidad para el primer ejercicio con el criterio de Deloitte y Afi ofrecían una "protección excepcional", como mostró que recibiera una total aprobación por parte del sistema financiero, el cual habría tenido "un problema" en caso de que el banco no hubiera sido viable.

"He sido consejero de muchísimas empresas, grandes, medianas y pequeñas, pero le garantizo que en la que me he sentido más seguro ha sido Caja Madrid, Bankia y BFA", ha sentenciado Norniella.